23.500 armas decomisadas se convertirán en infraestructura

Dentro de la campaña ‘Destruyendo el miedo, construyendo esperanza’ 23.500 armas de fuego decomisadas a grupos armados fueron fundidas para ser convertidas en elementos de construcción.

La iniciativa ‘Destruyendo el miedo, construyendo esperanza’ logró la fundición de 23.500 armas de fuego incautadas por las autoridades en operaciones contra grupos armados, organizaciones criminales y delincuencia común, así como aquellas entregadas voluntariamente. Esta acción fue posible gracias al trabajo conjunto del Gobierno nacional y el sector privado, con el objetivo de eliminar elementos que representan un riesgo para la seguridad de la población.

El material obtenido de esta destrucción será reciclado y convertido en insumos de acero para proyectos de infraestructura. Entre los destinos de este material se encuentran la construcción de puentes, viviendas, instituciones educativas y alojamientos militares, lo que representa una transformación positiva de los elementos que alguna vez generaron violencia y miedo.

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La fundición se llevó a cabo en la Planta Industrial de Belencito, ubicada en el municipio de Nobsa, Boyacá. Este proceso fue liderado por las Fuerzas Militares, con apoyo de la Fiscalía General de la Nación y la empresa Acerías Paz del Río. La colaboración entre estas entidades muestra un esfuerzo integral por promover la paz y la seguridad a través de acciones concretas.

Según el general Hugo Alejandro López, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Militares, la destrucción de estas armas garantiza que no puedan ser reutilizadas para hacer daño. Esto representa un paso hacia la paz en el país y refuerza el compromiso de las autoridades en la lucha contra la criminalidad. La destrucción de estas armas simboliza un avance hacia la seguridad y tranquilidad de los ciudadanos.

El material fundido incluyó una amplia variedad de armas como revólveres, pistolas, fusiles, ametralladoras, morteros y lanzagranadas, además de armas traumáticas modificadas ilegalmente. Este tipo de armas, que han sido utilizadas para aumentar la letalidad y violencia, son ahora consideradas por ley como armas de fuego, lo que permite una mejor regulación y control.

Los productos resultantes del material reciclado incluyen estribos, acero figurado, varillas corrugadas, mallas electrosoldadas y alambres. Estos materiales serán fundamentales para obras de infraestructura como vías, escuelas, plantas de tratamiento de agua y bases militares, contribuyendo así al desarrollo del país y al bienestar de sus habitantes.

Esta iniciativa no solo fortalece la economía circular, sino que también fomenta la protección del medio ambiente al reutilizar materiales y reducir residuos. Además, constituye un símbolo del compromiso de Colombia con la paz, la seguridad y el progreso social, transformando instrumentos de violencia en recursos para el desarrollo nacional.

El gerente de Acerías Paz del Río, Fabio Galán Sánchez, destacó la importancia del proceso de fundición como un acto de perdón y olvido. Resaltó que este esfuerzo contribuye a la paz al dar un segundo uso a materiales que en su momento causaron dolor en muchas familias. Las cerca de 43 toneladas de acero fundido se transformarán en recursos para construir infraestructura y fortalecer el país.

Este proceso cumple con lo estipulado en el Decreto 2535 de 1993, que ordena la destrucción de material decomisado que no pueda ser reutilizado por la Fuerza Pública. Es la segunda vez que Acerías Paz del Río participa en esta iniciativa, reafirmando su compromiso con las disposiciones legales y con la construcción de una sociedad más segura y pacífica.

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Las armas se trasladaron en tren desde la localidad de Puente Aranda en Bogotá hasta la planta de fundición. Durante el transporte, se implementaron rigurosos protocolos de seguridad para garantizar la custodia del material. Las armas se embalaban en cajas de madera tipo guacales para facilitar su manejo y asegurar el cumplimiento de los estándares de protección.

La iniciativa ‘Destruyendo el miedo, construyendo esperanza’ representa una acción concreta de responsabilidad social y economía circular. Este proyecto no solo promueve la reutilización del acero, sino que también contribuye a la protección del medio ambiente y al bienestar social. La transformación de armas en recursos útiles simboliza una apuesta por la vida y la paz duradera.

Desde 1992, se han destruido más de 670 mil armas de fuego, tanto de corto como de largo alcance. Esta cifra refleja el continuo esfuerzo del Estado y de las empresas aliadas por eliminar elementos que representan violencia y convertirlos en herramientas para el progreso del país.

Redacción Nacional

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