El día domingo 20 de octubre, en la inaguración de la COP16, el presidente Gustavo Petro habló sobre la desigualdad y el impacto ambiental de esta.
El día domingo 20 de octubre, en la inaguración de la COP16, el presidente Gustavo Petro habló sobre la desigualdad y el impacto ambiental de esta.
El presidente, Gustavo Petro, pronunció un discurso significativo durante la apertura de la Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP16) en Cali. En su intervención, enfatizó la importancia de cambiar la deuda de los países pobres por acciones climáticas.
Según Petro, este es un aspecto crucial en la lucha global por preservar la biodiversidad y combatir la crisis climática que amenaza al planeta. Su discurso se alineó con sus reiterados llamados en otros escenarios internacionales para que las naciones ricas asuman un rol más activo en la financiación de medidas para mitigar el cambio climático.
Petro insistió en que los países ricos deben reducir la deuda de las naciones en vías de desarrollo, ya que estos países son quienes más sufren los efectos del cambio climático, a pesar de ser los que menos han contribuido a su causa. Según el mandatario, el actual sistema financiero global está cimentado en la explotación de los recursos y economías de los países pobres, lo que no solo afecta su capacidad de desarrollo, sino también su capacidad para hacer frente a la crisis climática. Dejar la responsabilidad del cambio climático en manos de estos países, argumentó Petro, es una estrategia que pone en peligro la supervivencia de la humanidad.
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Además, el presidente colombiano criticó la relación entre los intereses financieros y la crisis climática, señalando que las decisiones económicas basadas en la codicia y la búsqueda de ganancias perpetúan la crisis climática. Petro fue claro al afirmar que proyectos atados a la codicia, como la regulación de la inteligencia artificial y otros desarrollos tecnológicos, no resolverán los problemas actuales, sino que agravarían la situación. En este sentido, expresó que la crisis climática no puede abordarse dentro de un sistema económico que prioriza las tasas de interés y el lucro por encima del bienestar del planeta.
Petro también destacó la necesidad de abandonar el modelo económico global basado en combustibles fósiles, el cual considera responsable de la destrucción del medioambiente y la amenaza a la vida en la Tierra. Enfatizó que el uso continuo de carbón, petróleo y gas por parte de las principales potencias mundiales —Estados Unidos, China y Europa— está contribuyendo a la catástrofe climática. Los países del tercer mundo, a pesar de ser los que absorben grandes cantidades de dióxido de carbono a través de sus selvas y bosques, se ven obligados a pagar sobrecostos en las tasas de interés, lo que agrava su situación económica.
En su discurso, Petro propuso un cambio radical: sustituir el concepto de “riesgo país” por acciones climáticas concretas, lo que permitiría financiar lo que llamó un “Plan Marshall” para descarbonizar la economía global. Al hacerlo, Petro cree que se podría poner fin a la crisis climática y avanzar hacia un modelo de producción más sostenible. La idea de un intercambio entre deuda y acciones climáticas no es nueva, pero Petro la presentó como una solución clave y urgente para que los países ricos asuman la responsabilidad de financiar la transición hacia una economía verde.
El presidente también argumentó que el sistema actual, basado en la acumulación de capital y ganancias, ha roto el equilibrio natural del planeta, lo que ha provocado un colapso en el clima global. Según Petro, la codicia desenfrenada de las élites económicas está llevando a la humanidad hacia un punto de no retorno. En este sentido, abogó por una “revolución mundial de la humanidad”, una transformación profunda en la forma en que los seres humanos se relacionan con la producción, la riqueza y la naturaleza.
Para Petro, esta revolución está intrínsecamente ligada al concepto de la vida misma. Definió su propuesta política como una bandera revolucionaria en defensa de la vida, una postura que, según él, requiere abandonar de inmediato el neoliberalismo. El mandatario criticó duramente las creencias neoliberales, calificando de “ilusos” a aquellos que piensan que el libre mercado puede llevar a la maximización del bienestar y resolver la crisis climática.
Según Petro, este modelo económico no solo es incapaz de ofrecer soluciones, sino que está contribuyendo directamente a la extinción de la biodiversidad y, en última instancia, a la destrucción de la vida en el planeta.
Finalmente, el presidente concluyó su discurso subrayando la necesidad urgente de cambiar el sistema financiero global, que actualmente está vinculado a la codicia y, por lo tanto, a la destrucción. Para Petro, las finanzas mundiales deben desvincularse del lucro y la avaricia si la humanidad desea tener una oportunidad real de combatir el cambio climático y salvar el planeta. Este mensaje resonó profundamente en el contexto de la COP16, donde los líderes mundiales se reúnen para discutir soluciones a la crisis climática y la preservación de la biodiversidad.
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El llamado de Petro en la COP16 puede interpretarse como una demanda de justicia climática, donde los países que históricamente han contribuido más al cambio climático asuman una mayor responsabilidad financiera y tecnológica para resolver la crisis. Su discurso no solo es un reclamo de acción, sino también una advertencia sobre las consecuencias de la inacción. Si las potencias mundiales no cambian su enfoque, Petro sugirió que la humanidad se enfrentará a un futuro marcado por la extinción masiva y el colapso ecológico.
La COP16 irá hasta el 1 de noviembre en la ciudad de Cali. Y se espera que se tomen decisiones fundamentales sobre temas ambientales en este evento.