En una jornada sin precedentes más de 2.000 ciudades salieron a protestar contra Donald Trump en lo que llamaron la «Protesta Sin Reyes».
domingo, 15 de junio de 2025
En una jornada sin precedentes más de 2.000 ciudades salieron a protestar contra Donald Trump en lo que llamaron la «Protesta Sin Reyes».
En más de 2.100 ciudades de Estados Unidos, se llevaron a cabo manifestaciones masivas bajo el lema «Protesta Sin Reyes» (“No Kings”) el pasado sábado, coincidiendo con el controvertido desfile militar en Washington, en medio de un ambiente político ya altamente tenso.
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Las movilizaciones reunieron a más de 5 millones de personas en todo el país, con concentraciones significativas en Nueva York, Los Ángeles, Filadelfia, y Atlanta. Los participantes protestaron contra lo que consideran un giro hacia el autoritarismo, expresado en decisiones de Trump como el recorte del presupuesto a educación y salud, y la censura en universidades.
En Los Ángeles, la protesta también se vinculó a la indignación por las redadas migratorias del ICE, mientras se vivieron enfrentamientos con la policía que recurrió al gas lacrimógeno y balas de goma, lo que forzó un toque de queda desde las 8 p.m.
En ciudades medianas y pequeñas, como Pentwater (Michigan), coprotagonistas locales se sumaron con marchas simbólicas, reflejando el alcance nacional de las críticas a la militarización de una figura presidencial considerada por algunos como déspota.
El detonante fue el desfile militar de 40 millones USD que Trump organizó para celebrar su 79.º cumpleaños y el 250.º aniversario del Ejército estadounidense, desatando comparaciones con regímenes autoritarios a través de lemas como «Trump Must Go Now» y “No Kings”.
La protesta no se limitó a grandes ciudades: se observaron movilizaciones en lugares como Greenville (Carolina del Sur), Rapid City (Dakota del Sur), y Nashville (Tennessee), donde incluso se reportaron arrestos en al menos una de estas localidades.
Como telón de fondo, sobresalió la violencia política ocurrida en Minnesota, donde fue asesinada la legisladora demócrata Melissa Hortman y su esposo, y resultaron gravemente heridos el senador John Hoffman y su esposa. El suceso —etiquetado como “políticamente motivado”— llevó a suspender algunas protestas locales.
El Fiscal General de Minnesota, Keith Ellison, denunció que Trump ha adoptado comportamientos dictatoriales, subrayando que su Gobierno “busca abolir el Departamento de Educación, reducir fondos a programas de salud e investigación científica, y perseguir comunidades trans”.
En Filadelfia, donde acudieron más de 100.000 personas, se vivieron animadas jornadas culturales: hubo música, pancartas por los derechos humanos y la constitución, y presencia de veteranos que expresaron su rechazo al uso político de la fuerza armada.
En Portland y San Francisco, los enfrentamientos incluyeron vehículos lanzados contra manifestantes, y presencia policial con teargas; sin embargo, la mayoría de las protestas se desarrollaron de manera pacífica.
En contraste con la calle, en Washington D.C. no hubo manifestaciones masivas ni incidentes, mientras se celebraba el desfile militar; se optó por una jornada cultural alternativa llamada «DC Joy Day», para enfatizar el civismo y evitar confrontación directa.
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Estas protestas reflejan una profunda división política nacional que se agudiza ante políticas vinculadas a lo autoritario, restricciones a las libertades civiles y la violencia política. El desafío ahora está en traducir esta movilización popular en soluciones estructurales que recuperen el respeto institucional y prioricen la seguridad democrática.