En una acción que tensiona al mundo, Estados Unidos decidió realizar un ataque a instalaciones nucleares iraníes en medio del conflicto entre Israel y el país islámico.
domingo, 22 de junio de 2025
En una acción que tensiona al mundo, Estados Unidos decidió realizar un ataque a instalaciones nucleares iraníes en medio del conflicto entre Israel y el país islámico.
En la madrugada del domingo 22 de junio de 2025 (Hora de Irán), Estados Unidos lanzó ataques aéreos masivos contra tres centros nucleares en Irán —Fordow, Natanz e Isfahan— utilizando bombarderos B‑2 y misiles Tomahawk, integrándose a la ofensiva iniciada por Israel.
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La operación, denominada «Operation Midnight Hammer», empleó bombas enterradoras tipo MOP y más de 30 misiles de crucero, destruyendo completamente las instalaciones según el mandatario estadounidense.
El presidente Donald Trump calificó el ataque como un éxito militar: “obliteramos completamente las instalaciones nucleares clave”, advirtió además que cualquier represalia iraní sería enfrentada con fuerza superior .
Trump justificó la acción como necesaria para desmantelar la capacidad nuclear iraní y reafirmar una postura de fuerza disuasiva global, enviando un mensaje contundente a Teherán.
El secretario de Defensa y altos mandos militares describieron la misión como un éxito “increíble y abrumador” sin bajas americanas, debilitando seriamente la estructura del programa nuclear iraní .
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, elogió la intervención: “Estados Unidos actuó con una fuerza sin igual” y sostuvo que “este acto cambiará la historia”, alineado con la ofensiva previa israelí .
Netanyahu enfatizó que la acción conjunta demuestra una alianza más fuerte que nunca, y destacó que Israel –a través de la «Operación León Ascendente»– y Estados Unidos están decidiendo juntos para bloquear amenazas nucleares iraníes.
Por su parte, el gobierno de Irán condenó los ataques como una violación flagrant del derecho internacional. El ministro de Exteriores Abbas Araghchi calificó la ofensiva de “agresión peligrosa” y declaró que Irán “reserva todas las opciones para defenderse”.
La Organización de Energía Atómica de Irán informó que no se registró contaminación radiológica y que los sitios fueron evacuados previamente, sugiriendo que el daño podría haber sido limitado.
El líder supremo iraní, Ali Jamenei, describió el ataque como un “crimen” que conllevará un “destino amargo” para quienes lo perpetraron, mientras Irán prometió respuesta militar contundente.
Irán lanzó de inmediato un contraataque con misiles balísticos de largo alcance y drones contra Israel, activando su “Operación Promesa Verdadera III”.
A nivel internacional, se advirtieron graves repercusiones: Naciones Unidas, China y Rusia condenaron la intervención y pidieron desescalamiento, mientras Europa pidió contención y retorno a la diplomacia.
El IAEA confirmó que no había aumento en niveles de radiación en las inmediaciones de los centros atacados y convocó reunión urgente, recalcando que aún existen dudas sobre el real alcance del daño.
El golpe militar de EE.UU. marca una decisión sin precedentes en años: Trump revirtió su política previa de diplomacia, optando por una intervención unilateral sin consulta al Congreso.
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Con esta ofensiva, el riesgo de una guerra a gran escala en Oriente Medio se ha intensificado. El mundo observa con preocupación la escalada, que involucra no solo militares, sino también economías, rutas energéticas y seguridad global.