En un inesperado hecho, las bases de MAGA han expresado su descontento con Donald Trump tras no revelarse por completo los archivos de Epstein y la posibilidad que el presidente aparezca en lo que no se ha hecho público.
En un inesperado hecho, las bases de MAGA han expresado su descontento con Donald Trump tras no revelarse por completo los archivos de Epstein y la posibilidad que el presidente aparezca en lo que no se ha hecho público.
La controversia comenzó cuando informes recientes revelaron que el nombre de Donald Trump aparece múltiples veces en los archivos relacionados con Jeffrey Epstein. Pese a su promesa de hacer públicos documentos clave, el Departamento de Justicia (DOJ) publicó apenas 900 páginas, menos del 1% del total, lo que provocó indignación en sectores del movimiento MAGA.
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El eventual descontento se hizo viral cuando muchos seguidores de Trump publicaron videos quemando sus gorras MAGA y criticaron su credibilidad por haber construido su reputación prometiendo exponer esta información y después retroceder.
Influencers cercanos a MAGA como Jack Posobiec, Nick Fuentes y Matt Walsh salieron al frente. Fuentes escribió comentarios duros como: “Jódete. Eres una broma… mirar atrás a esto como el mayor engaño en la historia de MAGA”.
Figuras como Rogan O’Handley calificaron la situación de “encubrimiento vergonzoso” y afirmaron haber sido engañados tras recibir carpetas de archivos oficiales que no contenían nada nuevo.
Otros como Charlie Kirk, que inicialmente defendió al presidente, enfrentaron críticas por declarar que “confiaba en mis amigos en la administración”. Muchos seguidores lo acusaron de traicionar la causa MAGA.
El discurso oficial del DOJ afirmaba que “no existía evidencia de una lista de clientes”, lo que parecía contradecir las expectativas que se habían generado. Esto enfureció a numerosos seguidores que esperaban revelaciones impactantes.
Trump respondió minimizando el interés por el caso: lo tildó de “aburrido”, “sórdido” y cuestionó por qué su base seguía hablando de un tema del pasado. Exhortó a moverse hacia “sus grandes éxitos” administracionales y afirmó que no necesitaba esos apoyos ahora.
Aumentando la tensión, Trump acusó conspiración contra estos archivos: afirmó que los habían fabricado figuras como Obama, Hillary Clinton y Comey, y justificó el encubrimiento como parte de un plan para atacar su movimiento.
La prensa formal lo ha descrito como una tregua política tensa. The New Yorker y otros consideran que este escándalo podría ser el primer cisma serio del movimiento MAGA al confrontar la promesa incumplida más simbólica de Trump.
A nivel institucional, el líder en la Cámara, Mike Johnson, rompió ranks y exigió al DOJ publicar todos los archivos Epstein. También la representante Marjorie Taylor Greene declaró que este asunto cruza una “línea roja para muchos en MAGA”.
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Trump está atrapado entre su base, que exige transparencia y cumplimiento de promesas, y una administración que promueve silencio y obstrucción. Las tensiones crecen y las divisiones internas en MAGA podrían marcar un punto de inflexión en el liderazgo de Trump dentro del movimiento. Su manejo del escándalo quizá sea un desafío al que ya no puede delegar ni su entorno puede contener completamente.