Desde el gobierno venezolano denunciaron el abordaje de un pesquero venezolano por militares estadounidenses, y la retención de su tripulación por varias horas. Indican que llevarán el caso a las Naciones Unidas.
Desde el gobierno venezolano denunciaron el abordaje de un pesquero venezolano por militares estadounidenses, y la retención de su tripulación por varias horas. Indican que llevarán el caso a las Naciones Unidas.
Caracas acusó a Washington de “acción hostil e ilegal” tras el abordaje de un atunero en su zona económica exclusiva. Estados Unidos sostiene que se trató de un operativo rutinario, mientras aumentan los temores de un choque diplomático y militar en la región.
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El gobierno venezolano denunció este fin de semana que un destructor de la Armada de Estados Unidos abordó un pesquero de bandera venezolana en aguas de la Zona Económica Exclusiva. Según Caracas, el buque USS Jason Dunham (DDG-109) desplegó a 18 militares armados que ocuparon durante ocho horas un atunero con nueve tripulantes, que realizaban faenas de pesca legal.
El Ministerio de Defensa afirmó que el incidente fue monitoreado por medios navales y aéreos venezolanos, pero lo calificó como una “acción hostil y absolutamente ilegal” contra ciudadanos indefensos.
El presidente Nicolás Maduro condenó el hecho y acusó a Washington de buscar “provocar y desestabilizar” a Venezuela, en lo que denominó una estrategia de “guerra híbrida” que combina sanciones, presiones diplomáticas y operaciones militares.
Por su parte, el canciller Yván Gil anunció que el caso será llevado ante organismos multilaterales como la ONU y la CELAC, al considerar que el abordaje representa una violación del Derecho Internacional y una amenaza para la paz regional.
Desde el Comando Sur, en cambio, se justificó la acción como parte de labores rutinarias de interdicción contra el narcotráfico. No obstante, Venezuela rechaza esa versión y asegura que el pesquero contaba con todos los permisos legales para la faena de captura de atún.
El incidente ha reavivado el discurso oficial de Caracas sobre la amenaza de un cambio de régimen promovido desde el exterior. Para el chavismo, la presencia militar estadounidense en el Caribe busca crear las condiciones de una intervención indirecta.
Analistas internacionales advierten que episodios como este elevan la tensión en una región geopolíticamente sensible, donde confluyen intereses estratégicos de Estados Unidos, pero también de actores como Rusia, Irán y China, aliados de Venezuela.
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Con este nuevo choque, la relación entre Caracas y Washington se deteriora aún más. Mientras el gobierno venezolano exige respeto a su soberanía marítima, Estados Unidos insiste en mantener sus patrullajes “rutinarios”, dejando en el aire la posibilidad de nuevos incidentes en aguas caribeñas.