miércoles, 22 de octubre de 2025

Fallo global de AWS impactó a la banca y aplicaciones de entretenimiento

Desde AWS indicaron que el problema estuvo relacionado al sistema de resolución de nombres (DNS) principalmente en el centro de cómputo de la zona este Virginia 1.

El 20 de octubre de 2025, AWS sufrió una interrupción global significativa que comenzó en la región US-EAST-1 (Virginia, Estados Unidos). La compañía reportó que los servicios se habían restaurado en su mayoría por la tarde, aunque persistían ciertas funciones lentas o con errores.

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El fallo fue atribuido a un problema del sistema de nombres de dominio (DNS) interno en combinación con fallas en uno de sus servicios de base de datos clave (DynamoDB) dentro de EC2. Debido a esto, muchos servicios dependientes de AWS no podían “encontrar” las direcciones IP correctas para conectarse.

Las consecuencias fueron de gran alcance: desde redes sociales, plataformas de juego, streaming, hasta aplicaciones de banca y servicios gubernamentales se vieron afectados. Se reportaron millones de incidencias en más de 2.000 empresas alrededor del mundo.

Algunas de las herramientas más reconocidas que quedaron fuera de servicio o con funcionamiento limitado incluyen Snapchat, Fortnite, Discord (o al menos reportes de usuarios similares), Venmo, Duolingo, Canva, Zoom y la propia Amazon en servicios como Alexa o Prime Video.

Este incidente vuelve a subrayar la fragilidad de la nube: cuando un proveedor con tanta cobertura experimenta un fallo crítico, los efectos se propagán rápidamente y afectan múltiples sectores. Como lo señaló un experto: “cuando ellos caen, muchas de las cosas de las que dependemos caen también”.

La dependencia de unas pocas plataformas gigantescas de computación en la nube (AWS, Google Cloud, Microsoft Azure) implica que fallos en ellas tengan impacto global. Esto plantea preguntas sobre la resiliencia, redundancia y diversificación de infraestructuras críticas.

Para las empresas que confían en la nube —desde startups hasta instituciones financieras— el evento sirve como un llamado de atención: tener un plan de contingencia, una estrategia de multi-nube o respaldo, ya no es opcional, sino esencial.

Además de los daños inmediatos (servicios caídos, retrasos, ingresos perdidos), están las implicaciones reputacionales: usuarios que no pueden acceder a sus aplicaciones de banca, educación o entretenimiento, pierden confianza. En algunos casos, se detuvo la compra de boletos, el pago de servicios, el acceso a clases online.

Para AWS y Amazon en particular, aunque el negocio de nube sigue creciendo, estos episodios exponen vulnerabilidades operativas importantes. En su comunicado, AWS indicó que había una “cola de mensajes” para procesar tras el evento y que algunas operaciones como lanzar nuevas instancias EC2 en US-EAST-1 seguían con error.

Desde el punto de vista del usuario final, los impactos visibles son variados: cámaras Ring que perdieron grabaciones, apps de entrega que no podían procesar pedidos, plataformas de juego que cayeron. Todo evidencia cómo la nube está detrás de lo que consideramos “normal” en línea.

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La indisponibilidad de una parte sustancial de herramientas en la nube de AWS el 20 de octubre de 2025 no solo fue un fallo técnico, sino un espejo de la fragilidad del ecosistema digital global. Aunque los servicios fueron mayormente restaurados, las lecciones quedan claras: dependencia, concentración, y la necesidad de diversificación para afrontar la próxima interrupción.

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