miércoles, 12 de noviembre de 2025

HRW denunció torturas y abusos sexuales a migrantes venezolanos trasladados por EE. UU. a megacárcel de El Salvador

HRW señaló que el 48,8 % de los venezolanos no tenía antecedentes penales en EE. UU., y apenas el 3,1 % había sido condenado por delitos violentos.

Migrantes venezolanos enviados por Estados Unidos a El Salvador fueron víctimas de torturas, violencia sexual y otros abusos durante su reclusión en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), denunció este martes la organización Human Rights Watch (HRW).

Según la ONG, los hechos ocurrieron entre marzo y julio, luego de que el entonces presidente estadounidense Donald Trump, en coordinación con su homólogo salvadoreño Nayib Bukele, ordenara el traslado de 252 venezolanos al penal de máxima seguridad, bajo acusaciones no comprobadas de pertenecer al grupo criminal Tren de Aragua, designado por Washington como organización terrorista.

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«Los casos de tortura y malos tratos a venezolanos en El Salvador no fueron hechos aislados, sino violaciones sistemáticas de derechos humanos”, señaló HRW en su informe conjunto con la organización centroamericana Cristosal, titulado “Llegaron al infierno”.

Reclusión en condiciones inhumanas

Los venezolanos permanecieron cuatro meses incomunicados en el CECOT, bajo condiciones extremas de hacinamiento, alimentación deficiente e higiene precaria, detalló el reporte.
La administración Trump pagó a El Salvador millones de dólares para detener arbitrariamente a venezolanos que luego fueron golpeados casi a diario”, afirmó Juanita Goebertus, directora para las Américas de HRW.

El documento indica que los guardias realizaban registros diarios de las celdas, donde los reclusos eran obligados a arrodillarse con las manos atadas y eran golpeados con porras y puños.
Tres detenidos aseguraron haber sido víctimas de violencia sexual, incluido un caso en el que un hombre fue forzado a practicar sexo oral a cuatro custodios.

“Desaparición forzada” y falta de transparencia

Durante su detención, HRW y Cristosal solicitaron información a los gobiernos de Estados Unidos y El Salvador, sin recibir respuesta.
Al negar datos sobre el paradero y la situación de los prisioneros, ambas administraciones incurrieron en desaparición forzada, según el derecho internacional, sostiene el informe.

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Previo a las visitas oficiales, los reclusos recibían colchones, sábanas y artículos de aseo que luego eran retirados, relataron los entrevistados.

Casi la mitad sin antecedentes penales

La investigación contradice la versión estadounidense de que los deportados eran delincuentes peligrosos.
HRW señala que el 48,8 % de los venezolanos no tenía antecedentes penales en EE. UU., y apenas el 3,1 % había sido condenado por delitos violentos.

Familiares y abogados denunciaron que al menos 62 de los detenidos fueron expulsados mientras sus solicitudes de asilo seguían en trámite.

Los migrantes fueron finalmente repatriados en julio, como parte de un intercambio entre Washington y Caracas, que incluyó la liberación de diez ciudadanos estadounidenses y unos 80 presos políticos venezolanos.

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