El 16 de noviembre de 2025, los ecuatorianos votaron en un referéndum que incluyó varias propuestas clave impulsadas por el presidente Daniel Noboa. Las cuatro preguntas sometidas a la consulta fueron claramente rechazadas por la ciudadanía, marcando una derrota política contundente para el mandatario.
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Entre las propuestas derrotadas, la más simbólica era la posibilidad de permitir bases militares extranjeras en Ecuador. Según el escrutinio del Consejo Nacional Electoral (CNE), aproximadamente el 60 % votó “No” a esta opción, frenando así la estrategia de seguridad internacional que promovía Noboa.
Otro golpe para el presidente fue el rechazo a su propuesta de convocar una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Constitución: el “No” a este punto obtuvo más del 61 % de votos, lo que refleja un fuerte rechazo a su ambición reformista.
Además, la ciudadanía se negó a recortar el número de legisladores de la Asamblea Nacional, una medida que formaba parte del paquete reformista de Noboa, y rechazó también la eliminación del financiamiento público a los partidos políticos.
Noboa reconoció el resultado a través de su cuenta en X (antes Twitter), diciendo que “cumplimos con lo prometido: preguntarles directamente” a los ecuatorianos. Aseguró que respetará la voluntad popular y afirmó que su compromiso con el país “se fortalece”.
Desde su gobierno, el presidente también expresó que seguirá trabajando “sin descanso por el país que ustedes merecen, con las herramientas que tenemos”, a pesar del revés electoral.
La derrota ha sido celebrada por sectores de izquierda y movimientos sociales, que interpretan el resultado como un triunfo en defensa de la soberanía nacional y un freno a lo que consideraban un proyecto autoritario.
Para analistas y dirigentes opositores, la victoria del “No” en las cuatro preguntas representa una advertencia clara para el Ejecutivo: los ecuatorianos no avalan cambios radicales sin debate amplio ni garantías institucionales.
En su base política, la derrota podría debilitar la estrategia de Noboa para consolidar su poder mediante reformas constitucionales. El fracaso del referéndum pone en duda la viabilidad de su agenda institucional en lo que queda de su mandato.
El resultado también refuerza las críticas sobre su estilo de gobierno: algunos sectores acusaban a Noboa de usar estas consultas como herramientas de concentración de poder y de recorte de contrapesos democráticos.
En lo internacional, la negativa a permitir bases extranjeras es interpretada como un mensaje de defensa de la soberanía nacional, desplazando la narrativa de seguridad que Noboa había planteado para justificar la cooperación militar.
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La derrota en el referéndum representa un revés significativo para Daniel Noboa: sus aspiraciones de reforma institucional fueron rechazadas por el electorado, y su liderazgo político se ve cuestionado por una ciudadanía que optó por mantener el statu quo constitucional.