La Registraduría aún no ha divulgado el informe oficial de validación de las firmas, proceso que definirá cuáles de estas candidaturas quedarán habilitadas formalmente.
La Registraduría aún no ha divulgado el informe oficial de validación de las firmas, proceso que definirá cuáles de estas candidaturas quedarán habilitadas formalmente.

La contienda por la Presidencia de Colombia en 2026, que definirá al sucesor de Gustavo Petro en la Casa de Nariño, comenzó con cifras sin precedentes en el mecanismo de candidaturas por firmas. En total, 28 millones de rúbricas fueron recolectadas y presentadas ante la Registraduría Nacional del Estado Civil, el volumen más alto registrado en la historia electoral del país.
Así lo confirmó el registrador nacional, Hernán Penagos, quien aseguró que el actual proceso no tiene antecedentes. “Todo lo que nos ha ocurrido en términos electorales este año no tiene precedente en la historia de Colombia”, afirmó el funcionario.
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Aunque se inscribieron 91 comités promotores, solo 22 lograron presentar formalmente las firmas exigidas por la ley. Aun así, el número supera ampliamente los registros de elecciones anteriores. En 2014, apenas 14 precandidatos anunciaron su intención de recoger apoyos y solo dos cumplieron el requisito, con un total de 1,8 millones de firmas. Para 2018, el fenómeno comenzó a crecer: se inscribieron 45 comités, de los cuales 11 presentaron 16,1 millones de rúbricas. En 2022, 52 aspirantes acudieron a esta vía, pero solo siete alcanzaron la meta, con 9,9 millones de firmas en total.
Que en 2026 sean 22 los comités que entregaron apoyos y que la cifra alcance los 28 millones representa, según analistas, un punto de quiebre en la dinámica electoral. Expertos atribuyen este auge a varios factores, entre ellos el desgaste de los partidos tradicionales, la posibilidad de realizar campaña anticipada, la independencia frente a las direcciones partidistas y el margen de maniobra política que ofrece negociar respaldos según el volumen de firmas obtenidas.
Un antecedente citado con frecuencia es el de Germán Vargas Lleras, quien en 2018 optó por recoger firmas pese a contar con la estructura del partido Cambio Radical. Ese caso también evidenció que el número de apoyos ciudadanos no garantiza resultados electorales: Vargas Lleras entregó cerca de 5,5 millones de firmas, pero obtuvo apenas 1,4 millones de votos en la primera vuelta presidencial.
Los especialistas advierten, además, que buena parte de las cifras actuales responde a la contratación de empresas logísticas que cobran por planilla entregada, lo que implica que no todas las firmas representan un respaldo político sólido o duradero.
Tras el cierre del plazo para radicar apoyos, el precandidato con mayor número de firmas fue Abelardo de la Espriella, con su movimiento Defensores de la Patria, al alcanzar 4,8 millones. Le siguió Carlos Caicedo, con 2,6 millones de firmas, y en tercer lugar se ubicó Mauricio Lizcano, con 1,8 millones de apoyos.
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Otros aspirantes que superaron el umbral requerido incluyen a Aníbal Gaviria, Vicky Dávila, David Luna, Daniel Palacios, Claudia López, Gilberto Murillo y Juan Daniel Oviedo, entre otros. También radicaron más apoyos de los exigidos Mauricio Cárdenas, Felipe Córdoba, Leonardo Huerta, Jaime Araujo Rentería y Sondra Macollins.
La Registraduría aún no ha divulgado el informe oficial de validación de las firmas, proceso que definirá cuáles de estas candidaturas quedarán habilitadas formalmente para competir en la elección presidencial de 2026.