La confirmación del primer caso de influenza A(H3N2) en Medellín encendió las alertas sanitarias en Colombia, en un contexto marcado por la circulación global de una nueva variante del virus, el llamado subclado K, y por el llamado de las autoridades a reforzar la vacunación y la vigilancia epidemiológica
El 23 de diciembre de 2025, el Instituto Nacional de Salud (INS) de Colombia confirmó el primer caso de influenza A(H3N2) en el país, detectado en la ciudad de Medellín. El diagnóstico se realizó mediante pruebas moleculares especializadas después de que el paciente, un niño de 2 años con antecedente de viaje internacional, presentara síntomas respiratorios leves. El caso se categorizó como importado, vinculado a un viaje en crucero desde Miami, Estados Unidos.
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Las autoridades sanitarias de Medellín y del Ministerio de Salud señalaron que, a pesar de esta confirmación, no se ha observado un incremento significativo en la incidencia de infecciones respiratorias agudas, hospitalizaciones o fallecimientos asociados a esta variante en el territorio nacional hasta la fecha. La vigilancia epidemiológica permanece activa para detectar cualquier cambio en este comportamiento.
La influenza A(H3N2) es un subtipo de virus de la gripe estacional que circula en seres humanos y, en esta temporada, una variante denominada subclado K (J.2.4.1) ha sido identificada en varias regiones del mundo. Esta variante ha sido asociada con una mayor transmisión anticipada de la actividad de influenza durante la temporada 2025–2026 en el hemisferio norte.
Las vacunas estacionales contra la influenza que se están distribuyendo en Colombia y en otros países incluyen antígenos del virus A(H3N2), entre otros subtipos estacionales. Aunque el subclado K es ligeramente diferente del virus seleccionado para la formulación de la vacuna de este año, las autoridades de salud insisten en que la vacuna sigue ofreciendo protección útil, particularmente para prevenir complicaciones graves, hospitalizaciones y muertes.
La vacunación está especialmente indicada para grupos considerados de mayor riesgo, incluidos los niños pequeños (6 a 23 meses), adultos mayores de 60 años, mujeres gestantes a partir de la semana 14 de embarazo, personas con condiciones crónicas (como asma, EPOC, diabetes y enfermedades cardiovasculares), personal de salud y convivientes de personas con enfermedades graves.
Si bien puede existir un desajuste entre la cepa del virus de influenza circulante y la cepa incluida en la vacuna, los datos epidemiológicos y las directrices de organismos internacionales de salud indican que las vacunas siguen siendo efectivas para reducir la gravedad de la enfermedad y evitar complicaciones, incluso cuando la transmisión del virus es elevada.
La circulación de influenza A(H3N2) ha sido notoria en muchas partes del mundo en la temporada 2025–2026. En Europa, varios países como el Reino Unido, Italia, Francia, Alemania y España han reportado aumentos tempranos de casos y actividad elevada. En Asia, países como Japón, Corea del Sur, Tailandia, India, Nepal y Sri Lanka también han experimentado transmisión activa. En el continente americano, Estados Unidos y Canadá han observado un predominio creciente de la H3N2, incluyendo el subclado K.
De acuerdo con informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la influenza A(H3N2) ha contribuido a una temporada invernal más temprana en el hemisferio norte, con detecciones en múltiples regiones que varían en intensidad. En algunos países africanos también se ha observado actividad predominante de H3N2 en determinados periodos de 2025.
Los signos y síntomas de la gripe A(H3N2) suelen ser similares a los de otras gripes estacionales, e incluyen fiebre alta, tos seca, dolor de garganta, congestión o secreción nasal, dolores musculares y corporales, dolor de cabeza, fatiga intensa y, en algunos casos, náuseas o malestar gastrointestinal, especialmente en niños.
Aunque muchas personas presentan síntomas leves que se resuelven con reposo y cuidados sintomáticos, la influenza puede causar complicaciones más graves en poblaciones vulnerables. Estas complicaciones incluyen neumonía, exacerbación de enfermedades crónicas, hospitalización y, en casos extremos, la muerte. Las personas mayores, los niños pequeños y quienes presentan condiciones médicas subyacentes están en mayor riesgo de experimentar formas severas de la enfermedad.
Además de la vacunación, las autoridades recomiendan medidas de higiene respiratoria como el lavado frecuente de manos, el uso de mascarillas para personas con síntomas respiratorios, la ventilación adecuada de espacios cerrados y el aislamiento voluntario durante los primeros días de enfermedad para evitar la propagación a personas vulnerables.
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La detección temprana de casos como el reportado en Medellín subraya la importancia de sistemas de vigilancia epidemiológica y genómica robustos para rastrear la circulación de virus gripales. El monitoreo continuo permite identificar variantes emergentes, evaluar la eficacia de las vacunas y orientar decisiones de salud pública para mitigar el impacto de la temporada de influenza.