El objetivo es acordar un texto que permita regular todo el ciclo de vida del plástico, desde la producción hasta la eliminación de residuos.
El objetivo es acordar un texto que permita regular todo el ciclo de vida del plástico, desde la producción hasta la eliminación de residuos.
Con la participación de delegaciones de más de 180 países, comenzó este martes en la sede de la ONU en Ginebra la que se espera sea la sexta y última ronda de negociaciones para alcanzar un tratado internacional jurídicamente vinculante que combata la contaminación por plásticos a nivel global.
El proceso, iniciado en 2022 y liderado por el Comité Intergubernamental de Negociación, busca poner fin a una de las crisis ambientales más urgentes del planeta, marcada por el aumento exponencial de residuos plásticos y su impacto en ecosistemas, océanos y la salud humana.
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“Estamos cerca de lograr, por primera vez en la historia, un instrumento legal global para enfrentar la contaminación por plásticos. Es una tarea compleja, pero absolutamente necesaria”, afirmó el embajador ecuatoriano Luis Vayas Valdivieso, presidente del comité negociador, durante la sesión inaugural.
Vayas, quien también representa a Ecuador en el Reino Unido, recalcó que la responsabilidad de frenar esta crisis recae directamente sobre los Estados. “La contaminación plástica daña los ecosistemas, amenaza la biodiversidad y afecta desproporcionadamente a las poblaciones más vulnerables”, advirtió.
La directora ejecutiva del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Inger Andersen, instó a los países a mantener “determinación y solidaridad” durante los próximos diez días de negociaciones. “Esta contaminación ya está presente en nuestra sangre y, de continuar la tendencia actual, seguirá en aumento”, alertó.
El objetivo es acordar un texto que permita regular todo el ciclo de vida del plástico —desde la producción hasta la eliminación de residuos— a través de medidas que promuevan la sostenibilidad, reduzcan la generación de desechos y limiten el uso de microplásticos.
Una de las principales tensiones en la mesa de negociaciones gira en torno al mecanismo de aprobación del tratado. Organizaciones ambientalistas, como la Fundación Gallifrey, han pedido que el acuerdo sea adoptado por mayoría simple para evitar bloqueos por parte de grandes productores de plástico o países exportadores de petróleo.
En contraste, potencias como China, India y varios países de la OPEP abogan por un consenso total, lo que implicaría la necesidad del visto bueno de todos los Estados participantes, un escenario que podría conducir a un texto más débil y menos exigente en términos de compromisos.
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En los alrededores del Palacio de las Naciones, sede europea de la ONU, se han llevado a cabo protestas pacíficas para exigir un tratado ambicioso. La Fundación Gallifrey, en un gesto simbólico, entregó a los delegados pastillas de jabón como llamado a lograr un acuerdo “limpio”.
La ronda actual será clave para definir el contenido del tratado y allanar el camino hacia una fase final de alto nivel prevista para la próxima semana, en la que participarán ministros y altos representantes de los países firmantes.
“Cada hora cuenta. Las decisiones que se tomen en estos primeros días marcarán el tono del cierre”, concluyó Vayas Valdivieso.