Aunque la pandemia ocultó temporalmente la crisis de las universidad públicas y mostró otras falencias. El regreso a la presencialidad recordó la gran deuda de un país con la educación superior. La ASAB no es ajena a estas problemáticas, y la situación ya llegó a un nivel crítico.
Aunque la pandemia ocultó temporalmente la crisis de las universidad públicas y mostró otras falencias. El regreso a la presencialidad recordó la gran deuda de un país con la educación superior. La ASAB no es ajena a estas problemáticas, y la situación ya llegó a un nivel crítico.
El arte siempre en último lugar
Aunque a crisis de las universidades públicas afectan en términos generales a todas las carreras. Es evidente que existe como un sesgo basado en ciertos estereotipos al momento de asignar el poco presupuesto que existe.
De esta manera, las ingenierías o las ciencias básicas reciben más dinero, y son las migajas lo que le queda a carreras relacionadas con ciencias sociales y en última instancia a las artes.
La Universidad Distrital afronta una grave crisis presupuestaria que aunada a una corrupción que se ha hecho pública, cada vez golpea con más fuerza al estudiantado.
Una de las universidades públicas mejor ubicadas en las clasificaciones académicas, la Distrital presenta serios problemas con sus distintas instalaciones, muchas de las cuales prácticamente se caen a pedazos.
Sin espacios físicos
Muchas de las artes que se enseñan en la Academia Superior de Artes de Bogotá (ASAB) requieren de manera imprescindible espacios donde ensayar o donde desarrollen el ejercicio artístico sus estudiantes.
Ya el estudiantado tuvo que “improvisar” durante pandemia. Y lo esperado era que este tiempo de no uso de las instalaciones permitiera una mejor adecuación a lo existente antes de pandemia. Aún así lo que encontraron al regreso fue instalaciones en peor estado que lo que dejaron.
Estas son algunas imágenes del deplorable estado en que se encuentra parte de las instalaciones de la institución educativa.
Aunque la institución ha intentado palear esta situación, no solo con la ASAB sino con otras de sus facultades. Es evidente la improvisación que básicamente afecta el proceso académico de la población universitaria.
Un espacio inseguro
Sumado a la corrupción, al mal estado de las instalaciones, a la falta de elementos y a la falta de presupuesto; la Universidad Distrital como otras instituciones de educación superior no escapa a los casos de acoso sexual y violencias basadas en género realizados por su personal docente masculino.
Varios profesores han sido denunciados en redes sociales por sus conductas indebidas. Así como su reiterado uso de sus posición de poder para violentar a las estudiantes.
Y sobre esta situación, la posición de las directivas es similar a la tomada con respecto a las otras problemáticas. Básicamente, silencio o medidas paliativas que no remedian de raíz el problema.
Hasta ahora como tal no hay un protocolo para denunciar este tipo de acciones de los docentes hombres. Ni tampoco un protocolo para retirarlos de la institución. Y más teniendo en cuenta que esta es una conducta punible.
El arte como protesta
Desde el año pasado, el estudiantado viene manifestándose a través del arte. Pero sin recibir una respuesta real de parte de las directivas o la alcaldía mayor.
Estudiantes de la academia, creen que el arte es una buena forma no solo de llamar la atención de las directivas sino de la ciudadanía en general. Todo en aras de encontrar soluciones para poder concluir sus procesos académicos en espacios y bajo condiciones idóneas.
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