domingo, 17 de agosto de 2025

Bolivia celebrará hoy elecciones presidenciales

Analistas consideran que Bolivia dará un giro a la derecha, tras las divisiones generadas en la izquierda liderada por el presidente Luis Arce y el expresidente Evo Morales.

Hoy, casi 8 millones de ciudadanos en Bolivia están convocados a las urnas para elegir nuevo presidente, vicepresidente y renovar el Congreso—26 senadores y 130 diputados—en medio de una profunda crisis económica marcada por alta inflación, escasez de combustible y caída de exportaciones de gas.

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El partido gobernante, Movimiento al Socialismo (MAS), ha perdido buena parte de su respaldo y enfrenta un momento crítico tras dos décadas de dominio político. Esto ha abierto paso a la oposición de derecha con reales posibilidades de victoria.

Los candidatos con mayores preferencias son Samuel Doria Medina, empresario de centroderecha que promueve la privatización y recorte de subsidios, y Jorge “Tuto” Quiroga, expresidente enfocado en libre comercio y derechos de propiedad. Ambos rondan entre el 20 % y el 25 % según encuestas recientes.

Por el lado de la izquierda, Andrónico Rodríguez—presidente del Senado y miembro del MAS disidente—es el más visible, pero su apoyo sigue siendo considerablemente menor, lo que evidencia la fragmentación del sector.

El expresidente Evo Morales, inhabilitado para reelegirse, respaldó una campaña por el voto nulo, alentando a sus seguidores a “dañar las papeletas” en protesta contra la elección, medida que puede debilitar aún más a la izquierda.

Morales incluso pronosticó protestas masivas si la derecha termina ganando esta elección, prometiendo liderar una resistencia social, lo que subraya el clima de tensión que rodea al proceso electoral.

Con el MAS dividido entre Arce y Morales, el presidente Arce—quien no se presenta—apoya a Rodríguez, pero la gobernabilidad futura está en entredicho dado el deterioro económico.

Las encuestas muestran que ninguno de los candidatos alcanza el 50 %, lo que implica que lo más probable es que las elecciones se diriman en una segunda vuelta el 19 de octubre.

El electorado, especialmente los jóvenes (que representan el 40 %), está profundamente desilusionado. Muchos se sienten sin representación y críticos tanto de la derecha como de una izquierda debilitada.

Los principales motivadores de esta elección son las problemáticas económicas: hiperinflación, escasez energética y déficit fiscal. Todos los candidatos prometen medidas austeras, lo que preocupa por posibles estallidos sociales.

Observadores internacionales y medios temen que, de imponerse la derecha, Bolivia comience una etapa de reformas neoliberales; mientras que el resquebrajado MAS podría sufrir un desplazamiento histórico.

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Este es un punto de inflexión para Bolivia: la derecha está mejor posicionada, pero la fragmentación de la izquierda, el respaldo de Evo al voto nulo y la crisis económica dificultan pronosticar un triunfo en primera vuelta y hacen prever un desenlace tenso en cuatro semanas.

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