El golpe de Estado de febrero de 2021 puso fin a una década de transición democrática en Birmania y desencadenó una escalada de violencia.
El golpe de Estado de febrero de 2021 puso fin a una década de transición democrática en Birmania y desencadenó una escalada de violencia.

Al menos 33 civiles murieron en un bombardeo atribuido al Ejército de Birmania contra un hospital en el estado occidental de Rakáin, en la frontera con Bangladés, según denunció este jueves la oposición prodemocrática. El ataque, registrado la noche del miércoles (10-12-2025), habría sido ejecutado mediante dos bombas de 227 kilogramos lanzadas desde un avión de combate, informó en la red X el Comité de Representantes de la Asamblea de la Unión (CRPH).
De acuerdo con el CRPH, integrado por exlegisladores del Gobierno democrático depuesto en 2021 y cercano a la líder encarcelada Aung San Suu Kyi, la ofensiva impactó un hospital público en el municipio de Mrauk-U que atendía a pacientes civiles. La acción dejó además un número indeterminado de heridos entre la población y el personal sanitario.
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Un trabajador humanitario en la zona aseguró que la mayoría de las víctimas eran pacientes que se encontraban ingresados en el centro médico, varios de los cuales resultaron heridos de gravedad. Medios independientes birmanos corroboraron el ataque.
El bombardeo ocurre a pocas semanas de las elecciones generales escalonadas que la junta militar encabezada por Min Aung Hlaing planea iniciar el 28 de diciembre, en un contexto en el que las principales figuras de la oposición permanecen detenidas o en el exilio, y sin una competencia política real.
La plataforma ASEAN Parlamentarians for Human Rights (APHR), conformada por legisladores del Sudeste Asiático, condenó el ataque y lamentó que se produjera en coincidencia con el aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Rakáin, escenario del bombardeo, permanece parcialmente bajo control del Ejército Arakan (AA), una guerrilla étnica que combate a la junta militar. Desde octubre de 2023, el AA se alió con otras dos facciones armadas, el Ejército para la Alianza Democrática de Birmania (MNDAA) y el Ejército de Liberación Nacional Ta’ang (TNLA), conformando la Alianza de la Hermandad, que ha logrado arrebatar amplias zonas al control militar.
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El golpe de Estado de febrero de 2021 puso fin a una década de transición democrática en Birmania y desencadenó una escalada de violencia que ha intensificado los enfrentamientos armados. Miles de jóvenes se han incorporado a grupos insurgentes que combaten al Ejército, profundizando un conflicto que se prolonga desde hace décadas.