Hasta la Plaza de Bolívar llegaron decenas de feministas que le exigen al gobierno nacional que tome medidas con respecto a la impunidad de los casos de violencias basadas en género.
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Hasta la Plaza de Bolívar llegaron decenas de feministas que le exigen al gobierno nacional que tome medidas con respecto a la impunidad de los casos de violencias basadas en género.
El pasado 1 de noviembre de 2024, colectivas feministas salieron a las calles de Bogotá para alzar sus voces en defensa de los derechos de la niñez, las disidencias, y las mujeres.
Las movilizaciones fueron impulsadas por la necesidad de visibilizar los problemas sistémicos que afectan a estas comunidades, enfocándose en el rechazo a las estructuras que buscan condicionar el comportamiento de las personas por razones de género. La convocatoria reflejó un compromiso de largo aliento con las luchas feministas y por los derechos humanos.
El motivo principal de las marchas fue la creciente ola de feminicidios y desapariciones de mujeres y niñas en Colombia. Durante este año, las cifras han resultado alarmantes, encendiendo la indignación colectiva. Las manifestantes exigieron un fin a la violencia y justicia para las víctimas, apuntando a la responsabilidad estatal en la falta de prevención y respuestas efectivas ante estas tragedias que siguen cobrando vidas a diario.
El año 2024 ha sido marcado por un aumento preocupante de los casos de violencia de género. Hasta la fecha, se han contabilizado 660 feminicidios, representando un incremento del 27,9 % en comparación con 2023, según el Observatorio de Feminicidios Colombia. Estas estadísticas han despertado una profunda inquietud entre las organizaciones feministas, quienes recalcan que, con dos meses aún por delante, la situación puede empeorar si no se toman medidas urgentes.
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La marcha, llamada “¿Hasta Cuándo? Justicia Ya”, surgió de una conversación entre Juliana Paneso, fundadora de Red Apoyo Cicatrices Resilientes, y el colectivo LaPsico Enfermera. Ambas organizaciones acordaron la necesidad de visibilizar la violencia que afecta a mujeres y menores, así como de exigir la responsabilidad del Estado en la protección de estos grupos vulnerables. Las organizadoras insistieron en que el sistema judicial debe ser más eficiente para evitar la impunidad de los agresores. Fundaciones como Las Guaguas subrayaron la importancia de la movilización para proteger a la niñez, especialmente en el contexto de la violencia sexual.
La movilización comenzó desde el Parque Nacional a las 4:00 p. m., con actividades previas que unieron a las participantes en un ambiente de solidaridad y creatividad. Pintaron carteles, se maquillaron y ensayaron cánticos que corearon a lo largo del recorrido. El evento fue un espacio para reforzar la sororidad y la conexión entre mujeres de diferentes edades y trasfondos, todas unidas por un propósito común.
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Para asegurar los derechos de las manifestantes, se contó con el apoyo de un equipo de la Personería de Bogotá, compuesto exclusivamente por mujeres. Junto a las brigadas de seguridad, se buscó prevenir cualquier vulneración de derechos y mantener el orden durante la marcha. También se implementaron protocolos para acompañar a las manifestantes en caso de situaciones de emergencia.
La marcha dejó claro el deseo de que este tipo de movilizaciones se conviertan en un punto de inflexión y no en eventos aislados. Los colectivos participantes esperan que su impacto impulse cambios reales en las políticas públicas, inspire a más mujeres a buscar ayuda, y fomente una mayor conciencia sobre la necesidad de proteger a la niñez y a las mujeres. La meta es que la lucha contra la violencia de género sea una prioridad constante en la agenda social y política de Colombia.