Compleja situación de orden público en el sur del país

El amanecer del martes 10 de junio estuvo marcado por una serie de graves hechos de orden público en distintos puntos del suroccidente colombiano. Las acciones violentas se concentraron principalmente en los departamentos del Cauca y Valle del Cauca, donde se registraron ataques coordinados con artefactos explosivos y hostigamientos armados.

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En el municipio de Corinto, departamento del Cauca, se reportó la detonación de un carro bomba en las cercanías de la estación de Policía. Minutos después, los uniformados fueron objeto de hostigamiento armado, lo que generó pánico entre los habitantes del casco urbano y dejó varios heridos.

Simultáneamente, en el municipio de El Bordo, también en el Cauca, fue detonado otro vehículo cargado con explosivos. Las autoridades investigan si este ataque estuvo dirigido contra instalaciones oficiales o si tenía como objetivo obstaculizar la movilidad en la zona.

En el municipio de Toribío, se reportó un nuevo hostigamiento armado contra la estación de Policía. Las ráfagas de fusil se prolongaron por varios minutos, lo que llevó al cierre temporal de los comercios y a la suspensión de las actividades escolares.

Otro hecho violento ocurrió en el municipio de Buenos Aires, también en el Cauca, donde fue lanzada una granada contra la estación de Policía. Aunque no se registraron víctimas mortales en ese punto, la onda explosiva causó daños en viviendas cercanas.

En la zona rural de Miranda, hombres armados atacaron a unidades de la Fuerza Pública que patrullaban la zona. Los enfrentamientos duraron cerca de media hora, y se reportaron al menos dos uniformados heridos por esquirlas.

En la costa pacífica caucana, específicamente en el municipio de Timbiquí, fue atacada la base de la Armada Nacional con cilindros bomba. El ataque generó alarma en toda la comunidad, aunque por fortuna no se presentaron víctimas fatales en esa acción.

Uno de los hechos más preocupantes se presentó en el peaje de Villa Rica, ubicado sobre la vía que conecta a Santander de Quilichao con el norte del Valle. Allí fue detonado un microbús cargado con explosivos, causando una gran explosión que afectó la infraestructura del peaje.

En la ciudad de Cali, capital del Valle del Cauca, se reportaron tres atentados contra CAIs (Centros de Atención Inmediata de la Policía). Los ataques ocurrieron en los sectores de Meléndez, Manuela Beltrán —donde lamentablemente falleció una persona— y Los Mangos.

En el municipio de Caloto, un patrullero de la Policía fue asesinado por un francotirador mientras prestaba servicio. De forma paralela, en el sector de Villa Rica, otro uniformado fue asesinado en circunstancias similares, lo que evidencia una acción sistemática contra la fuerza pública.

En el municipio de Buenaventura, sobre la costa del Pacífico, también se presentó un ataque con artefacto explosivo contra un CAI, que dejó varios daños materiales. Las autoridades investigan si los responsables hacen parte de una estructura armada ilegal que opera en la región.

Un hecho sin precedentes ocurrió en el municipio de Patía, donde fue lanzado un artefacto explosivo mediante el uso de un dron, una modalidad que preocupa a las autoridades por el grado de sofisticación y precisión que implica.

Además, fueron instalados varios cilindros bomba a lo largo de la vía que de Cali conduce al aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón, lo cual obligó a cerrar temporalmente el corredor vial y generó retrasos en los vuelos programados durante la mañana.

En el corregimiento de Potrerito, jurisdicción de Jamundí, una motocicleta cargada con explosivos fue activada muy cerca de la estación de Policía. Este hecho causó daños a las fachadas de viviendas y dejó heridas a varias personas, entre ellas un civil.

Finalmente, en la zona urbana de Jamundí, también se registró la instalación de cilindros bomba en distintos sectores, generando un clima de zozobra entre la ciudadanía. Las autoridades temen que este tipo de acciones continúe en los días siguientes. Las alertas se han elevado para tener en control el orden público.

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Hasta el momento, el saldo preliminar de estos actos violentos es de cuatro personas fallecidas, entre ellas dos policías y dos civiles, así como varios heridos y una profunda afectación a la seguridad y tranquilidad de los habitantes del suroccidente colombiano. Este deterioro del orden público se da en la víspera del viaje del presidente Gustavo Petro a Cali.