La comunidad emberá que se encontraba asentada en la UPI La Rioja, se trasladó a un costado del Parque Nacional para exigir al gobierno nacional el retorno a su territorio.
La comunidad emberá que se encontraba asentada en la UPI La Rioja, se trasladó a un costado del Parque Nacional para exigir al gobierno nacional el retorno a su territorio.
Desde las 4:00 a. m. de este lunes, la Secretaría Distrital de Gobierno (SDG) informó, a través de su cuenta en la red social X, que parte de la comunidad indígena Emberá, proveniente de la UPI La Rioja, comenzó a ubicarse en la carrera Séptima con calle 39, en el centro de la ciudad.
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Actualmente, se estima un aforo aproximado de 300 personas en el punto. Equipos de la Administración distrital están presentes en el lugar para abrir espacios de diálogo, recordando que no está permitido el asentamiento en esa zona. No obstante, la comunidad ha reaccionado con resistencia frente a la información entregada.
“El Parque Nacional no es un lugar en el que vayamos a permitir nuevamente asentamientos. Aquí estamos como Distrito para trabajar y encontrar soluciones con el Gobierno Nacional. Es importante que la Unidad de Víctimas defina la estrategia de retorno digno y la ruta de trabajo, de acuerdo a como lo establece la norma”, expresó Gustavo Quintero, secretario Distrital de Gobierno.
Además, Gestores de las direcciones de Asuntos Étnicos, Diálogo Social y Derechos Humanos de la SDG también están presentes para acompañar las conversaciones interculturales y apoyar las acciones institucionales que permitan una solución estructural que garantice los derechos de esta población.
El Distrito reiteró el llamado al Gobierno nacional y a la Unidad para las Víctimas para que atiendan los pedidos de retorno a sus territorios de origen, formulados por las comunidades Emberá que permanecen asentadas en Bogotá desde hace varios años.
Según Gustavo Quintero, es fundamental recordar que los espacios como las UPI La Rioja y La Florida fueron concebidos como albergues temporales, mientras se organizaba un retorno voluntario. “Han pasado aproximadamente cuatro años y el retorno aún no ha sido posible, a pesar de que esta es la principal petición de la comunidad”, declaró.
El secretario enfatizó que “un alojamiento colectivo de carácter permanente no es viable para el Distrito. Quienes decidan quedarse en la ciudad podrán hacerlo accediendo a los servicios sociales que ofrece la Alcaldía Mayor de Bogotá, pero la mayoría de las personas quiere regresar al territorio o reubicarse”.
Asimismo, Quintero señaló que mientras no se logre un proceso digno y amplio en el que las partes cumplan los acuerdos establecidos, se mantendrán estas dinámicas de ocupación de parques y entidades públicas.
“Pero también, hasta que el país no se dé la discusión de fondo sobre qué hacer y cómo abordar el fenómeno migrante de la comunidad Emberá, tendremos este tipo de situaciones de manera recurrente”, añadió el secretario Distrital de Gobierno.
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Por su parte, Miguel Silva, secretario General, reiteró que desde la Alcaldía Mayor de Bogotá se insiste en que el espacio público no debe ser utilizado para asentamientos temporales, ya que esto pone en riesgo los derechos de las personas más vulnerables, especialmente niños y niñas.