Se escala el conflicto entre Irán e Israel

Ya son cuatro días consecutivos de intercambio de misiles y ataques aéreos entre Israel e Irán, en una escalada que ha puesto en alerta máxima a toda la región del Medio Oriente. Las tensiones, que venían en aumento desde principios de año, han estallado con una violencia que no se veía desde el conflicto de 2020 entre Estados Unidos e Irán.

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Desde Tel Aviv, el primer ministro Benjamín Netanyahu aseguró que las fuerzas israelíes “ya se tomaron los cielos de Irán” y que se están desarrollando operaciones estratégicas con el objetivo de “poner fin al régimen de los ayatolás”. Estas declaraciones fueron recibidas con alarma por parte de múltiples gobiernos, aunque Estados Unidos se ha alineado con la postura de Israel.

El presidente estadounidense Donald Trump reafirmó su respaldo a Israel, señalando que el país “está haciendo un buen trabajo” y reiterando que él “ya había advertido a Irán de las consecuencias de no firmar un acuerdo para no enriquecer materiales radioactivos”. La frase ha sido interpretada como una justificación implícita de la acción militar.

En uno de los eventos más dramáticos del conflicto, se conoció el ataque directo a la televisora estatal iraní IRIB. En redes sociales circulan imágenes de la transmisión en vivo que fue interrumpida abruptamente por una explosión, confirmando que la sede del canal fue blanco de un bombardeo israelí.

Por su parte, Irán ha intensificado sus bombardeos hacia el territorio israelí. En respuesta, el gobierno de Netanyahu extendió el estado de emergencia hasta el 30 de junio, anticipando que la ofensiva podría prolongarse por varias semanas más.

Las infraestructuras críticas israelíes han sido seriamente afectadas. Plantas eléctricas y redes de distribución han sido dañadas en ciudades como Haifa, Petah Tikva y la propia capital Tel Aviv, lo que ha provocado apagones y una creciente preocupación entre la población civil.

En este contexto, Trump se retiró anticipadamente de la cumbre del G7, celebrada en Canadá, para centrarse en la situación en Medio Oriente. A pesar de haber mencionado la posibilidad de un cese al fuego entre Irán e Israel, su lenguaje público sigue siendo beligerante.

A través de su red social Truth Social y en X, el expresidente escribió: “Irán no debería tener un arma nuclear y todo el mundo debería evacuar Teherán”. La frase ha causado alarma internacional, con múltiples analistas advirtiendo que podría ser una señal de una intervención militar más amplia.

Irán ha reportado más de 200 muertos y 1.300 heridos tras los bombardeos israelíes. Según el Ministerio de Salud iraní, muchos de los fallecidos eran civiles, incluidos mujeres y niños. Hospitales en Teherán y otras ciudades están desbordados.

Del lado israelí, el gobierno informó que los ataques iraníes han causado 24 muertos y más de 100 heridos. Las defensas aéreas israelíes han logrado interceptar parte de los misiles, pero el número de impactos directos ha aumentado con cada jornada.

El Consejo de Seguridad de la ONU convocó una reunión urgente a puertas cerradas, donde varios países pidieron un alto inmediato al fuego. No obstante, ni Israel ni Irán han dado señales claras de desescalamiento, y ambos mantienen su retórica de confrontación total.

Varios países han comenzado a evacuar a sus ciudadanos tanto de Irán como de Israel. Las embajadas de Alemania, Francia, Brasil y Japón en Teherán emitieron alertas de seguridad y pidieron a sus nacionales salir del país “mientras aún sea posible”.

La situación también ha impactado el mercado global. El precio del petróleo y del oro se ha disparado, mientras que las bolsas de valores en Nueva York, Londres y Tokio cerraron a la baja ante la posibilidad de un conflicto regional a gran escala.

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Organizaciones de derechos humanos han advertido del riesgo humanitario creciente, especialmente en zonas urbanas densamente pobladas de Irán e Israel. Piden la creación de corredores humanitarios para evacuar a civiles y el respeto al Derecho Internacional Humanitario.