Las protestas en Nepal de la llamada “Generación Z”, compuesta por jóvenes nacidos entre 1997 y 2012, se venían gestando desde hace semanas.
Las protestas en Nepal de la llamada “Generación Z”, compuesta por jóvenes nacidos entre 1997 y 2012, se venían gestando desde hace semanas.
Nepal atraviesa una de las crisis políticas más graves de los últimos años tras la dimisión del primer ministro K.P. Sharma Oli, quien anunció su renuncia este martes en medio de una ola de protestas encabezadas por jóvenes de la llamada “Generación Z” contra la corrupción y el reciente bloqueo a las redes sociales.
La renuncia del mandatario se produjo luego de dos días de disturbios que dejaron al menos 19 personas muertas y más de 300 heridas, según cifras oficiales. “He renunciado al cargo de primer ministro con efecto a partir de hoy, a fin de adoptar nuevas medidas hacia una solución política y la resolución de los problemas de conformidad con la Constitución, teniendo en cuenta la situación extraordinaria que prevalece actualmente en el país”, señaló Oli en una carta remitida al Parlamento.
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El dirigente del Partido Comunista de Nepal (Marxista-Leninista Unificado), que había asumido el cargo en julio de 2024, ya había ejercido como jefe de Gobierno en dos periodos anteriores: entre 2015 y 2016, y entre 2018 y 2021.
Las protestas, inicialmente pacíficas, se intensificaron el lunes tras la imposición de restricciones al uso de plataformas como Facebook, Instagram, WhatsApp y X, lo que desencadenó movilizaciones en Katmandú y otras ciudades del país.
Con el paso de las horas, la indignación se transformó en violencia: cientos de manifestantes incendiaron viviendas de figuras políticas, entre ellas la residencia privada de Oli en Balkot. También resultaron atacadas la casa del líder maoísta y ex primer ministro Pushpa Kamal Dahal, y la del ministro de Información y Comunicación, Prithvi Subba Gurung.
En paralelo, un grupo de manifestantes irrumpió en el Parlamento y prendió fuego a su edificio principal, según confirmó el vocero gubernamental Ekram Giri. La situación obligó al cierre parcial del aeropuerto internacional de Katmandú, afectando las operaciones aéreas.
La policía respondió con cañones de agua, gases lacrimógenos e incluso fuego real para dispersar a los concentrados, lo que elevó el número de víctimas y obligó a imponer un toque de queda en la capital.
Nepal Prime Minister K.P. Sharma Oli resigned as anti-corruption demonstrators defied an indefinite curfew and clashed with police, a day after 19 people died in violent protests triggered by a social media ban https://t.co/ZkoIKpaMMD pic.twitter.com/vkkDMmtOZ1
— Reuters (@Reuters) September 9, 2025
La salida de Oli estuvo precedida por la dimisión de al menos cinco ministros en menos de 24 horas, quienes denunciaron el “comportamiento dictatorial” del Ejecutivo frente a las protestas. Entre ellos se encontraban el ministro de Agricultura, Ramnath Adhikari; el de Interior, Ramesh Lekhak; y el de Suministro de Agua, Pradeep Yadav.
Adhikari, en particular, criticó duramente la represión gubernamental. “En lugar de aceptar que cuestionar y protestar pacíficamente en una democracia es un derecho natural de los ciudadanos, la represión generalizada, los asesinatos y el uso de la fuerza están conduciendo a un sistema dictatorial”, afirmó en un comunicado.
El ministro justificó su renuncia señalando que no podía permanecer en el poder mientras “una generación que debería haber colaborado en la construcción del país era tratada como en una guerra”.
Las protestas de la llamada “Generación Z”, compuesta por jóvenes nacidos entre 1997 y 2012, se venían gestando desde hace semanas a través de redes sociales. Bajo etiquetas como #NepoKid y #NepoBabies, los manifestantes denunciaban el nepotismo y el favoritismo en la política nepalí, donde las oportunidades se transmiten por herencia familiar más que por méritos.
El detonante fue la directiva gubernamental que exigía el registro obligatorio de las plataformas digitales ante las autoridades, lo que llevó al bloqueo temporal de las principales redes sociales. Aunque la medida fue levantada en la madrugada del martes tras una reunión de emergencia del Ejecutivo, la decisión no logró contener la indignación juvenil.
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La Unión Europea condenó enérgicamente la violencia registrada en Nepal y pidió una investigación independiente sobre la muerte de los manifestantes. “Las autoridades deben tomar todas las medidas necesarias para proteger vidas”, señaló una portavoz de Kaja Kallas, alta representante de la UE para Asuntos Exteriores.
Bruselas también llamó a un diálogo inclusivo entre todas las partes con el fin de garantizar la estabilidad política y el respeto de los derechos fundamentales.
La situación en Nepal continúa siendo incierta, mientras el país espera la designación de un nuevo primer ministro y el inicio de un proceso de diálogo político capaz de aplacar la tensión social y reconstruir la confianza de una juventud que exige cambios profundos en el sistema.
Defying curfew, protesters have stormed the office of Nepal’s largest party and set fire to the residences of prominent politicians, a day after 19 people were killed in anti-gov't protests. pic.twitter.com/foUfYnAJH0
— Al Jazeera English (@AJEnglish) September 9, 2025