sábado, 25 de octubre de 2025

Aumenta la tensión: Estados Unidos desplegaría el portaaviones Gerald R. Ford en el Caribe

Uno de los más grandes portaaviones de Estados Unidos, el Gerald R. Ford; sería desplegado en el Caribe en sus operaciones antinarcóticos; aunque esto aumenta la tensión sobre una posible intervención en Venezuela.

El 24 de octubre de 2025, el Pentágono anunció que el portaaviones USS Gerald R. Ford y su grupo de ataque serán desplegados en el Caribe – Sur y frente a las costas de Venezuela, en lo que se considera la mayor expansión naval estadounidense en la región en décadas. Este despliegue se produce en un contexto de creciente tensión entre Washington y Caracas, así como con Colombia.

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Según Estados Unidos, el objetivo oficial es reforzar la capacidad de detectar, monitorear y desmantelar redes ilícitas transnacionales y narcotraficantes que operan en el Caribe y en zonas limítrofes con Venezuela. La administración Trump vincula estas operaciones de seguridad hemisférica con la defensa del “homeland”.

Pero muchos analistas interpretan este despliegue como un mensaje político directo a Caracas: Estados Unidos estaría enviando un aviso de que está preparado para una acción más allá de simples patrullajes antinarcóticos, lo que incluye la opción de intervención o presión militar sobre Venezuela. Esto alimenta los temores del gobierno venezolano sobre una posible operación de cambio de régimen.

En Venezuela, bajo el gobierno del presidente Nicolás Maduro, se ha respondido con la movilización de tropas y navíos militares para reforzar la vigilancia costera y fronteriza, especialmente en los estados de Zulia, Falcón, Sucre y Delta Amacuro. El ministro de Defensa venezolano también advirtió que cualquier incursión sería considerada una agresión a la soberanía y movilizó una “milicia popular” para la defensa.

Al mismo tiempo, el presidente Trump intensificó sus amenazas a Colombia, acusando al gobierno del presidente Gustavo Petro de permitir operaciones narcotraficantes y anunciando el corte de ayuda estadounidense a Bogotá. Este vínculo estrecha la tensión regional: una intervención venezolana podría involucrar de facto a Colombia por su vecindad y su situación política.

Ante este escenario, los actores que podrían participar en cualquier intervención militar de Estados Unidos. en Venezuela incluyen: fuerzas navales y aéreas estadounidenses desde el USS Gerald R. Ford, unidades especiales del Comando Sur, posiblemente tropas colombianas de apoyo logístico, y alianzas con países del Caribe que participen en logística o bases regionales. Algunos analistas también señalan que mercenarios privados o fuerzas de apoyo latinoamericanas podrían ser convocadas.

Otro actor a considerar es la OTAN o aliados europeos que ya contribuyen con vigilancia y apoyo logístico en el hemisferio occidental. Aunque Estados Unidos. dice que la misión es antinarcóticos, la capacidad desplegada —portaaviones, destructores, aviones de combate— trasciende lo estrictamente policial y se acerca a preparación para escenarios de crisis o conflicto convencional.

Venezuela ha denunciado que el aumento de la presencia estadounidense es un preludio de una invasión. Maduro calificó la acción como parte de una “nueva guerra eterna” que Estados Unidos. está inventando contra América Latina. Estas retóricas agravan el riesgo de escalada y generan inestabilidad en la región.

En Colombia, la presión diplomática de Estados Unidos. y la posible implicación militar de Bogotá en acciones contra Venezuela generan un dilema para el gobierno de Petro: colaborar o mantener soberanía independiente. Esta situación complica las relaciones bilaterales con Washington y aumenta la polarización interna.

La movilización de fuerzas navales y terrenales detona varios riesgos: una crisis humanitaria si se abre un foco de combate en Venezuela, impacto negativo en el mercado de petróleo, y la posibilidad de que países vecinos (como Brasil o Ecuador) reaccionen políticamente contra acciones que perciben como intervencionistas.

Desde el punto de vista estratégico, Estados Unidos. parece haber adoptado un modelo de “disuasión marítima” en el Caribe: el despliegue del portaaviones busca generar costos altos a cualquier actor que coopere con redes criminales o que proteja al gobierno venezolano. Sin embargo, esa estrategia también implica que Estados Unidos. asume más riesgos operativos y diplomáticos en la región.

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El despliegue del USS Gerald R. Ford en el Caribe, junto con la escalada militar venezolana y las amenazas estadounidenses a Colombia, reflejan una etapa de alta tensión en América Latina. Aunque oficialmente centrado en el narcotráfico, el movimiento naval y militar sugiere que Washington está preparado para un escenario de intervención ampliada. Queda por verse si todos los actores implicados se plegarán al guion de disuasión o si la región entrará en un espiral de confrontación abierta.

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