En el consejo de ministros del 15 de septiembre, el presidente Petro anunció que el presidente de los Estados Unidos decidió descertificar a Colombia como país aliado en la lucha contra las drogas.
En el consejo de ministros del 15 de septiembre, el presidente Petro anunció que el presidente de los Estados Unidos decidió descertificar a Colombia como país aliado en la lucha contra las drogas.
El 15 de septiembre de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la descertificación de Colombia en la lucha contra las drogas, al señalar que el país había incumplido sus compromisos internacionales. Según la Casa Blanca, el aumento de los cultivos de coca y la expansión de los laboratorios de producción de cocaína justificaban la medida.
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La decisión supone un golpe diplomático de gran alcance, ya que Colombia no enfrentaba una descertificación desde hace casi tres décadas. Durante años, el país había mantenido un estatus de socio estratégico en la lucha antidrogas, lo que ahora entra en entredicho.
El presidente Gustavo Petro reaccionó de inmediato, rechazando el anuncio y subrayando que Colombia ha pagado un alto costo humano y social en la confrontación con el narcotráfico. Petro recordó que miles de campesinos, líderes sociales y miembros de la Fuerza Pública han perdido la vida en este esfuerzo.
Además, Petro criticó con dureza a Estados Unidos, al señalar que la raíz del problema no está únicamente en los cultivos, sino en la demanda interna de drogas en territorio estadounidense. Para el mandatario colombiano, resulta injusto que se traslade toda la responsabilidad a un país productor.
El gobierno colombiano insistió en que en los últimos años se han implementado programas de sustitución voluntaria de cultivos, proyectos sociales en las regiones cocaleras y planes de seguridad focalizados. Según la Casa de Nariño, estas medidas buscan un enfoque integral y no únicamente represivo.
Sin embargo, desde la oposición, distintos sectores responsabilizaron a Petro y su administración de haber debilitado la lucha antidrogas. Aseguran que el exceso de confianza en el diálogo con grupos armados ilegales y la reducción en la erradicación forzada han favorecido el crecimiento de los cultivos ilícitos.
En su comunicado, Trump dejó abierta la posibilidad de que Colombia pueda ser recertificada, pero bajo condiciones claras: aumentar de manera sustancial la erradicación de coca, fortalecer la interdicción en puertos y fronteras, agilizar las extradiciones de capos y mostrar cifras concretas de reducción en la producción.
Estas exigencias son vistas en Bogotá como una presión política difícil de asumir, ya que muchas de ellas van en contra de la visión de Petro, quien ha defendido que la erradicación forzada vulnera los derechos de las comunidades rurales y no resuelve el problema de fondo.
La descertificación no es solo un gesto diplomático: puede tener consecuencias inmediatas en materia de cooperación. Entre ellas, la suspensión de apoyos financieros para proyectos de seguridad y desarrollo, el freno a transferencias de equipo militar y un enfriamiento en las relaciones bilaterales.
Analistas advierten que también puede repercutir en el escenario internacional, debilitando la posición de Colombia en organismos multilaterales y generando un mayor aislamiento diplomático en medio de un contexto regional ya marcado por tensiones políticas.
En medio de la polémica, el expresidente Ernesto Samper se pronunció con un duro comunicado. Señaló que la decisión de Trump era “ilegal, regresiva y política”, y que obedecía más a intereses de castigo contra gobiernos que no acogen las políticas económicas o ideológicas de Washington.
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Samper, quien enfrentó un episodio similar en los años noventa, recordó que la descertificación había sido usada históricamente como un mecanismo de presión sobre países latinoamericanos. En su opinión, esta herramienta no contribuye a la cooperación internacional sino que profundiza la desconfianza mutua.