Más de 36 mil personas asistieron a la edición No. 23 de Colombia Al Parque. Con 237 artistas y 17 agrupaciones, el Parque de los Novios volvió a convertirse en una gran fiesta familiar y del folclor colombiano.
Más de 36 mil personas asistieron a la edición No. 23 de Colombia Al Parque. Con 237 artistas y 17 agrupaciones, el Parque de los Novios volvió a convertirse en una gran fiesta familiar y del folclor colombiano.
Más de 36 mil personas asistieron a la edición No. 21 de Colombia Al Parque. Con 237 artistas y 17 agrupaciones, el Parque de los Novios volvió a convertirse en una gran fiesta familiar y del folclor colombiano.
Con principalmente agrupaciones caucanas, este homenaje a los ríos y al Pacífico; la tarima de Colombia Al Parque se llenó de ritmos de pueblos ancestrales. Las quenas indígenas, la marimba de chonta afrocolombiana y las gaitas de la Costa Atlántica pusieron a bailar a una audiencia tan multicultural como el amplio listado artístico que se presentó en el escenario.
Son Nacer desde Silvia, Semblanzas del río Guapi y la mundialmente conocida Herencia de Timbiquí, fueron la cuota caucana en esta fiesta folclórica. Los ritmos recorrieron casi toda la geografía del país, desde la Agrupación Llamarada con sus ritmos llaneros, Gaiteros de Pueblo Santo con sus cumbias, e incluso la champeta de Zaider trajeron una pequeña probada del folclor del país.
Pero también se contó con invitados internacionales. La orquesta venezolana Billo’s Caracas Boys con todos sus clásicos fue disfrutada por las distintas generaciones que asistieron al festival. En un enfoque más folclórico y tradicional, la chilena Pascuala Ilabaca trajo los ritmos andinos y sonidos de los pueblos nativos de su país de origen. El cierre del festival, lo realizó la «reina mixteca», Lila Downs con una amplia trayectoria en la difusión y estudio del amplio folclor mexicano.
El festival contó con la ZAE que ahora hacen parte de cada festival al parque. Esta zona contó con 22 emprendimientos además de 15 artistas del espacio público por el sendero desde la entrada del parque hasta la tarima. Cerca a la ZAE se ubicó un kiosco donde varios DJ trajeron sus vinilos para convertir el área en una pista de baile en cada intermedio.
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