El velero Madleen de la Coalición Flotilla de la Libertad fue interceptado por fueras israelíes y su tripulación incluyendo a Greta Thunberg, fueron deportados.
El velero Madleen de la Coalición Flotilla de la Libertad fue interceptado por fueras israelíes y su tripulación incluyendo a Greta Thunberg, fueron deportados.
La Coalición de la Flotilla de la Libertad organizó una nueva misión humanitaria hacia Gaza, a bordo del velero Madleen, con el fin de romper el bloqueo naval israelí. La embarcación partió desde Catania, Sicilia, el 1 de junio.
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A bordo viajaban 12 activistas internacionales, entre ellos la conocida activista climática Greta Thunberg, la eurodiputada Rima Hassan, el actor Liam Cunningham y el activista español Sergio Toribio.
El cargamento incluía artículos simbólicos de ayuda, como leche de fórmula, harina, arroz, pañales, productos sanitarios, material médico, muletas y prótesis para niños, destinados a llamar la atención sobre la crisis humanitaria en Gaza.
La misión se enmarcó en una larga tradición de flotillas, precedida por un intento anterior el 2 de mayo, cuando el barco Conscience fue blanco de ataques con drones frente a Malta; donde viajaban las periodistas colombianas, Alejandra Cuéllar y Diana Carolina Alfonso.
El 8 de junio, el velero Madleen fue militarmente interceptado en aguas internacionales por fuerzas navales israelíes, que desplegaron drones y bloquearon comunicaciones con el buque, incluso rociándolo con una sustancia blanca irritante.
Poco después, en aguas internacionales, el navío fue abordado, los activistas se rindieron sin resistencia, y sus teléfonos y laptops fueron arrojados al mar antes de su abordaje.
El 9 de junio, la marina israelí remolcó el velero al puerto de Ashdod. Todos los pasajeros, incluidos Greta Thunberg, fueron detenidos, registrados y sometidos a chequeos médicos.
Israel calificó la operación como una acción para mantener la “legalidad del bloqueo” y acusó a los activistas de respaldar indirectamente a Hamás; calificó la misión de “operación mediática”.
Por su parte, la Coalición de la Flotilla de la Libertad y Birawi, uno de los organizadores, denunciaron en redes la interceptación como un acto de piratería y exigieron intervención internacional.
Tras ser conducidos al aeropuerto de Ben-Gurion, los 12 activistas comparecieron en tribunal y luego comenzaron los procedimientos de deportación; más tarde fueron enviados a sus países de origen. Antes del hecho fueron sometidos a ver vídeos de los ataques perpetrados por Hamás el 7 de octubre de 2023. 8 de los activistas se rehusaron a ser deportados y permanecen arrestados.
La acción generó condena internacional: desde la ONU, Amnistía Internacional y Turquía hasta España y Francia condenaron lo que consideraron una violación del derecho internacional.
En Australia, movimientos estudiantiles protestaron en varias ciudades—Brisbane, Melbourne, Sydney, Perth y Adelaide—demandando la liberación inmediata de los activistas.
Durante su detención, Greta Thunberg publicó un video en sus redes, calificando la acción como un “secuestro en aguas internacionales”, y reiteró el carácter “pacífico y humanitario” de la misión.
La misión también tuvo un aspecto sorpresivo: en el viaje inicial, el Madleen rescató a cuatro migrantes sudaneses que abandonaron una embarcación en Malta; fueron devueltos a Libia por decisión de la coalición.
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Aunque el objetivo central —entregar ayuda directamente en Gaza— no se logró, el episodio reforzó el debate global sobre el bloqueo israelí, los protocolos de seguridad naval y el activismo internacional en contextos de alto conflicto humanitario.