Tres resguardos indígenas y dos parques naturales en Vaupés, fueron entregados como territorios libre de sospecha de minas antipersonal, tras la labor de desminado humanitario de las Fuerzas Militares.
Tres resguardos indígenas y dos parques naturales en Vaupés, fueron entregados como territorios libre de sospecha de minas antipersonal, tras la labor de desminado humanitario de las Fuerzas Militares.
El proceso de entrega de territorios libres de sospecha de minas antipersonal ha alcanzado un importante hito en varias zonas indígenas y naturales en Colombia. Entre los territorios que fueron liberados de esta amenaza se encuentran los resguardos indígenas de Arara Bacati, Carurú, Lagos de Jamaicuru, y una parte del Gran Resguardo Indígena y Territorio Ancestral de Vaupés, junto a la Reserva Natural Nacional Nukak. Estos espacios, además de ser patrimonio natural, poseen un profundo valor cultural y representan áreas de importancia para la biodiversidad.
La tarea fue llevada a cabo por el Batallón de Ingenieros de Desminado Humanitario Cuatro. Los militares dedicaron tiempo y recursos para verificar 71 reportes relacionados con eventos previos y accidentes ocasionados por artefactos explosivos en esta zona de la Amazonía. La eliminación de estas minas permite que las comunidades puedan transitar y vivir sin temor. Lo que beneficia a aproximadamente 3.000 habitantes del municipio de Carurú y sus alrededores.
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Gracias a estas labores, se espera que se puedan reactivar las actividades turísticas en la región. Pues la presencia de minas había sido un obstáculo para su desarrollo. En total, el equipo militar liberó alrededor de 137.346 metros cuadrados o 13,7 hectáreas. Permitiendo que la región se consolide como un área segura de importancia ambiental y cultural en Colombia.
El sargento José Valencia Granados, quien lideró el equipo de estudios no técnicos en el área, señaló que uno de los mayores retos para realizar el desminado fue la dificultad de acceso. Ya que la única vía para ingresar a estas comunidades indígenas es por el río Vaupés. Las condiciones climáticas también representaron un desafío considerable. Ya que el nivel del agua en el río variaba, dificultando en ocasiones la entrada de los equipos al lugar.
Pese a las complicaciones, el equipo contó con el apoyo logístico brindado por las autoridades locales y con la vigilancia del Batallón de Selva 52, un elemento clave para la seguridad de la misión. La cooperación con las comunidades fue fundamental. Ya que ellos brindaron información detallada y valiosa sobre los eventos ocurridos en el pasado, facilitando el proceso de desminado.
El resultado exitoso de esta misión representa un paso adelante en la construcción de paz en el país, ya que libera a varias comunidades de un riesgo latente que afecta tanto a la seguridad como a la economía local. Los espacios liberados podrán, además, ser utilizados para actividades sostenibles que promuevan la preservación de los recursos naturales y la cultura ancestral de estos territorios.
Con esta labor, el Ejército Nacional no solo asegura la vida de los habitantes de la región. Sino que también contribuye a la preservación cultural y ambiental de territorios vitales. Los resguardos liberados han sido testigos de décadas de conflictos, y ahora, sin la amenaza de las minas, podrán desarrollarse en un ambiente de paz.
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El esfuerzo militar de desminado se inserta en un marco de iniciativas que buscan transformar estos territorios en zonas de convivencia pacífica y desarrollo sostenible. Estas áreas, siendo vitales para la conservación de la biodiversidad. Y como resguardo de tradiciones indígenas, pueden así ser protegidas y preservadas para las futuras generaciones.