El día de ayer ocurrió la caída más larga que han tenido las plataformas que pertenecen a Facebook. Aunque este ha sido el hecho técnico más grave en su historia, los últimos años han sido bastante problemáticos para el ex estudiante de Harvard y sus aplicaciones.
¿Mal empieza, mal terminará?
El comienzo de Facebook aunque impresionante fue accidentado. Las batallas legales con los hermanos Winklevoss e incluso con su socio Eduardo Saverin hicieron bastante complejos sus inicios. Aún así, el éxito de la red social fue impresionante y rápidamente fue desbancando algunas redes sociales de la época como MySpace. Sus líos legales hicieron evidente que quizás Zuckerberg tenía claro que haría dinero a toda costa sin importar sobre quienes tuviese que pasar.
A pesar de las demandas y las visitas a los estrados, Zuckerberg logró seguir adelante con su plataforma. Esta creció exponencialmente y gracias a ese crecimiento empezó a adquirir otro tipo de plataformas como lo son Instagram y WhatsApp. Básicamente se integraron los tres productos, y la humanidad empezó a caminar al ritmo de las tres aplicaciones, salvo excepciones mediadas por censuras especiales como es el caso de China, el mundo entero tenía al menos una cuenta en alguna de las tres plataformas.
Prism y Cambridge Analytica
Teniendo la capacidad de extraer información personal de tres lugares, Zuckerberg fácilmente se convirtió en uno de los proveedores más valiosos para la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés), algo que claramente documentó Edward Snowden en 2014 cuando denunció el uso de Prism.
Las suspicacias con el manejo de la información de los usuarios por parte de Facebook llegó a su punto más delicado con lo expuesto en el escándalo de Cambridge Analytica. Dicha empresa uso datos obtenidos de Facebook y la plataforma como tal para favorecer a Donald Trump durante las elecciones de 2016 y en Reino Unido para sesgar el voto del lado del Brexit. También se ha hablado que Cambridge Analytica fue contratada para favorecer la elección de Enrique Peñalosa en 2015 aprovechando los datos de los votantes bogotanos.
Este último escándalo posó los ojos del mundo sobre el poder que tenía Facebook al recopilar información personal y de tendencias de los usuarios. Lo que vino después fueron controversias sobre el acceso que Facebook daba a las conversaciones de WhatsApp. A principio de 2021, surgieron dudas acerca los acuerdos de privacidad de WhatsApp y sobre cómo utilizarían la información de las conversaciones con propósitos comerciales.
Esto generó que una avalancha de personas que empezaron a utilizar otras aplicaciones como Telegram o Signal. Al cabo del tiempo WhatsApp, cambió de opinión, pero luego empleados de Facebook desde al anonimato indicaron que las conversaciones no están tan privadas como los usuarios creían.
La cereza del pastel
En septiembre de 2021, se filtró información sobre los análisis que realizaba Facebook sobre los efectos de Instagram en los adolescentes. Especialistas habían dicho con anterioridad que la validación social derivada de la plataforma afectaba a las personas. Esto llevó a que Facebook implementara algunas medidas paliativas con respecto a los “me gusta”.
Facebook también venía desarrollando una nueva aplicación de Instagram orientada específicamente para menores de edad, este desarrollo se tuvo que suspender provisionalmente debido a que el congreso de Estados Unidos alzó su voz al respecto apoyado en las filtraciones de los propios análisis hechos por Facebook.
Comenzando octubre de 2021, Frances Haugen, científica de datos de Facebook reveló que ella fue la persona detrás de la filtración de información. Indicó que dentro de Facebook eran conscientes del daño que sus aplicaciones realizaban en el desarrollo mental de los niños. Pero que las decisiones de alta gerencia daban prioridad a las ganancias sobre los efectos que podrían tener sus aplicaciones.
Los nuevos problemas legales de Zuckerberg se juntaron con una gran caída de sus tres aplicaciones. La caída duró aproximadamente cinco horas, lo cual acarreó millonarias pérdidas y una fuerte caída en la bolsa. Esto también reflejó la debilidad técnica de las plataformas, ya que aunque se especuló sobre un ataque cibernético, al final todo apuntó a que fue un error de DNS (Domain Name Service). Es decir que existió un error interno en Facebook que afectó la forma en que desde Internet podían enrutar las solicitudes a las tres plataformas.
¿El fin de Facebook?
El futuro de Facebook es complejo. En especial por la discusión sobre la privacidad y los efectos de las aplicaciones sobre la salud mental de las personas. Si las autoridades de Estados Unidos toman medidas sobre la compañía, esto tendría un efecto global ya que Facebook está domiciliado en el país norteamericano.
Ya Facebook venía perdiendo usuarios, lo cual se puede incrementar luego de las filtraciones y la caída. La usabilidad de Instagram es discutible, y TikTok ha comenzado una campaña bastante fuerte para posicionar su aplicación. Telegram gana usuarios cada día, en especial por poseer canales que permiten compartir información. El mundo de Internet normalmente no “mata” una plataforma o aplicación hasta que aparezca otra, así que Facebook empezará a agonizar, pero quizás solo muera cuando existan plataformas que logren desbancar totalmente al tridente de Zuckerberg.
