Tras 12 años sin llevarse a cabo, y en medio de la lluvia los singulares vehículos descendieron por la calle 170.
Tras 12 años sin llevarse a cabo, y en medio de la lluvia los singulares vehículos descendieron por la calle 170.
La Carrera de Balineras Red Bull, un evento lleno de creatividad y adrenalina, regresó a Bogotá el 29 de septiembre de 2024, luego de 12 años de ausencia. Más de 12,000 personas se congregaron en la Avenida Boyacá con Calle 170 para disfrutar de esta competencia única, en la que los equipos diseñan y construyen sus propios autos sin motor, que deben descender usando solo la gravedad.
A pesar de la lluvia, el evento fue un éxito rotundo, con la participación de 40 equipos, destacando tanto por sus diseños como por la velocidad y el espectáculo que ofrecieron.
El equipo “Apague y Vámonos”, compuesto por bomberos de Bogotá, fue coronado como campeón. Su carro, inspirado en un camión de bomberos, no solo sorprendió por su diseño, sino también por su rendimiento en la pista. El equipo expresó su orgullo por representar a los bomberos y superar los retos del recorrido.
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El panel de jueces incluyó a personalidades como el expiloto de Fórmula 1, Juan Pablo Montoya; la campeona olímpica de BMX Mariana Pajón; el creador de contenido, Mario Ruiz y el rapero Valles-T. Cada equipo fue evaluado por su creatividad, velocidad y capacidad de superar los obstáculos de la pista.
La diversidad y la creatividad en el diseño de vehículos de balineras se hizo presente. Desde carros en forma de bandeja paisa, articulados de Transmilenio, latas de sardinas, troncomóviles y hasta dragones.
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A pesar que varios vehículos no lograron concluir la carrera por las caídas, el ánimo del público siempre estuvo con los equipos. Las familias bogotanas disfrutaron entre risas de la alocada carrera.
El evento fue un espacio para la diversión, la creatividad y el ingenio, tanto para los participantes como para el público que vibró con cada descenso. Más que una simple competencia de velocidad, la carrera fue un homenaje al espíritu lúdico y creativo. El verdadero motor de la válida fue la imaginación de los equipos y la pasión por ofrecer un espectáculo inolvidable.
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