Gobierno israelí admite estar apoyando a milicia palestina opuestas a Hamás

Israel reconoció públicamente que había armado y brindado respaldo logístico a la milicia palestina denominada “Fuerzas Populares” (también conocida como Servicio Antiterrorista), liderada por Yasser Abu Shabab en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza.

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Según fuentes israelíes, esa estrategia busca debilitar a Hamás al fomentar grupos rivales dentro de Gaza, una táctica destinada a salvar vidas de soldados israelíes al redistribuir la presión militar.

Las “Fuerzas Populares” están compuestas por cerca de 300 hombres y operan en Rafah. Además, Israel ha declarado haber suministrado armas y financiamiento procedente de camiones de ayuda interceptados.

Abu Shabab niega categóricamente cualquier vínculo con Israel, sosteniendo que su grupo está respaldado por la Autoridad Palestina, aunque esa versión ha sido rechazada por portavoces de la misma.

La oposición dentro de Israel, encabezada por Avigdor Lieberman, ha denunciado que el gobierno de Netanyahu ha dotado de armas a milicias vinculadas al Estado Islámico e incluso a grupos salafistas, con el fin de enfrentar a Hamás.

En respuesta a estas críticas, Netanyahu ha defendido que dicha estrategia, financiada y planificada por los servicios de seguridad, tiene el objetivo de salvar vidas israelíes y es una táctica válida bajo las actuales condiciones de guerra.

Sin embargo, este respaldo a esta milicia que algunos califican como “bandas criminales” ha generado preocupación en varias ONG y medios internacionales. Se acusa a las Fuerzas Populares de saquear ayuda humanitaria destinada a la población civil.

La ONU y grupos humanitarios han denunciado que varios camiones de ayuda han sido vulnerables al saqueo por milicias afines a Israel, lo que ha alimentado acusaciones de “robo a gran escala”.

Además, en incidentes como los registrados en Rafah, varias personas que se acercaban a recibir ayuda fueron disparadas por hombres armados vinculados a estas milicias, lo que causó decenas de muertos y heridos.

Políticos israelíes de la oposición alertan sobre los riesgos de armar a grupos sin legitimidad ni control democrático dentro de Gaza, advirtiendo que esto podría desestabilizar aún más la región y provocar consecuencias imprevistas.

Expertos señalan que esta estrategia de “apoyar a enemigos de Hamás” ha sido usada antes —como cuando Israel ayudó a fortalecer a Hamás para debilitar a la OLP—, pero esas tácticas pueden volverse en contra con el tiempo.

En términos operativos, las Fuerzas Populares controlan rutas de abastecimiento cercanas a Rafah y tienen combates continuos con Hamás; su control territorial, aunque limitado, les permite proyectarse como alternativa local.

A pesar de ello, analistas coinciden en que el grupo es pequeño, carece de respaldo popular significativo y no tiene un programa de gobierno viable, lo que limita su capacidad para sustituir a Hamás en el largo plazo.

Otros aducen que esta línea contribuye a un vacío de poder, porque crea zonas donde el ejército israelí tiene influencia indirecta a través de milicias que actúan fuera del control del gobierno civil palestino.

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El respaldo israelí a la milicia, Fuerzas Populares representa una estrategia arriesgada y controversial: diseñada para debilitar a Hamás, pero con serias implicaciones humanitarias, de seguridad y políticas. Hasta ahora, este grupo ha demostrado poder operar en Rafah, aunque queda por verse si tiene capacidad real de gobernar y ganar legitimidad dentro de Gaza.