Gobierno Nacional entregó 11.710 hectáreas de tierra en Magdalena y Córdoba

Durante una jornada de entrega de tierras en Córdoba y Magdalena, el presidente Gustavo Petro destacó la importancia de un acuerdo nacional para distribuir las tierras, aclarando que no está proponiendo expropiar a sus actuales dueños. Según Petro, la tierra tiene una función social, y su valor radica en la capacidad de producir alimentos, no simplemente en poseerla. El mandatario subrayó que el propósito es impulsar el desarrollo agrícola, fomentando el uso productivo de la tierra por parte de los campesinos.

El presidente explicó que no se trata de una acumulación de tierras, sino de evitar el feudalismo. Hizo una crítica a quienes mantienen tierras improductivas o las utilizan de manera ineficiente, como en el caso de áreas extensas en la Amazonía, donde apenas hay una vaca por cada cuatro o cinco hectáreas. Petro afirmó que este tipo de prácticas son perjudiciales para el país, ya que impiden aprovechar la riqueza natural de Colombia de manera sostenible.

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Petro también vinculó la reforma agraria con el desarrollo industrial, destacando que democratizar la propiedad de la tierra no solo beneficiaría al campesinado, sino que también permitiría a Colombia convertirse en una potencia alimentaria mundial. Según él, esto es fundamental para el progreso del país y el bienestar de la población, tanto a través de la producción agrícola como de la transformación industrial de los productos derivados de la tierra.

En su discurso, el presidente hizo referencia a la importancia histórica de Córdoba, destacando su papel como escenario de rebeliones campesinas en el pasado. Subrayó que estas luchas fueron sofocadas de manera violenta, pero ahora la región tiene la oportunidad de encaminarse hacia un nuevo entendimiento que fomente la inclusión y el progreso social a través de la reforma agraria.

Petro mencionó que este esfuerzo por redistribuir la tierra no solo busca resolver problemas históricos de desigualdad en Colombia, sino también proteger la naturaleza y la selva amazónica. El mandatario subrayó la importancia de mantener una relación armoniosa con el medio ambiente para asegurar la sostenibilidad de los recursos y evitar la deforestación indiscriminada.

Además, Petro hizo un llamado a evitar la violencia en las disputas por la tierra, recordando los conflictos armados que han marcado la historia de Colombia, especialmente en regiones como Córdoba. Hizo un llamado a la convivencia pacífica, instando a que la reforma agraria se lleve a cabo de manera justa y sin derramamiento de sangre.

El presidente también destacó la fertilidad de las tierras de Córdoba, comparando la región con el valle del Nilo en Egipto. Subrayó que estas tierras tienen un potencial inmenso para producir alimentos y contribuir al bienestar de la nación si son utilizadas de manera eficiente y equitativa.

Para Petro, este proceso de redistribución de tierras es una manera de «construir la historia de Colombia», ya que permite una reconciliación entre el pasado conflictivo y un futuro donde todos los colombianos puedan beneficiarse del potencial agrícola del país. Subrayó la importancia de un proceso de diálogo y acuerdo entre todas las partes implicadas.

En medio del acto realizado en Córdoba, el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso hizo entrega de un sombrero voltiao al presidente Gustavo Petro. Mancuso viene trabajando junto con la Unidad para las Víctimas para aclarar qué ocurrió con una buena parte de las tierras entregadas por los paramilitares que no fueron entregadas a los campesinos despojados. La acción de Mancuso en el acto de tierras, fue celebrado por unos que vieron en esto un acto de reconciliación. Mientras que la oposición censuró la acción indicando que el gobierno era blando con criminales.

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Finalmente, el presidente expresó su deseo de que este proceso de redistribución de tierras no repita los errores del pasado, donde la violencia y los machetes marcaron las disputas por la propiedad. En lugar de eso, Petro visualiza un futuro donde la música, el baile y la cultura unifiquen a las comunidades, en un país donde todos puedan beneficiarse de los recursos naturales sin recurrir al conflicto armado.