A un mes del paso del huracán IOTA por las islas de San Andrés y Providencia las mentiras del gobierno del Presidente Duque quedan una vez más al descubierto. Sus falsas promesas de atención de la tragedia ya son muy notables, desde la supuesta reconstrucción hasta el trato a los animales afectados.
Todo es una gran mentira.
Pero lo que más causa indignación, es que los impuestos de la ciudadanía se mal gasten en alumbrados navideños en plena tragedia. Supuestamente para incentivar la reactivación económica de las islas, son 1550 millones de pesos asignados por el gobernador Allen Jay, pregunto: ¿los afectados que no tengan que comer en su cena navideña van a comer lucecitas?
No estoy diciendo que los colombianos no tengan derecho a ser católicos, pues igual, lo son en su gran mayoría. Cada quien es libre de profesar las creencias que se le antoje, estamos supuestamente en un país de plenas libertades constitucionales, y por esto si creen en un Mesías que nació el 24 de diciembre o el 18 de abril, o en cualquier otra fecha Random, elegida en base a sus convicciones y creencias, se debe respetar esta decisión al ciudadano y darle plena libertad para manifestar su fe.
El asunto fundamental es que se supone que el Estado Colombiano es Laico, y eso resulta ser, otra gran mentira. Justificados en la re activación económica están promocionando la fe en la Iglesia Católica. Si un Colombiano es ateo ó de otra religión que no crea en la navidad del 24 de diciembre, y el Estado es Laico, ¿tiene sentido gastar el dinero que paga en sus impuestos en alumbrados navideños?. Eso si, se ven muy bonitos, y motivan a la ciudadanía pues son sus creencias, ¿pero este costo de promoción de la fe y el comercio no debería ser asumido por la Iglesia Católica y los empresarios? Al fin al cabo son los que se llevan los beneficios económicos.
En Bogotá la Alcaldesa Claudia López tomó una decisión similar, mal gastó 8600 millones de pesos en navidad, 3600 de ellos en alumbrado, esto es realmente absurdo. ¿Las problemáticas sociales inmediatas no son prioridad en plena Pandemía?, a la hora de invertir en salud no hay recursos, para educación tampoco, para seguridad ciudadana menos. Y esto se repite en cada municipio y ciudad del país, pero desafortunadamente el premio al más corrupto se lo lleva el gobernador de San Andrés.
Si le exigimos a los gobernantes no ser corruptos, debemos hacer conciencia y entender que este tipo de inversiones no tienen ningún sentido lógico, solo promocionar la fe en la Iglesia Católica. La reactivación económica no se va a lograr malgastando dinero en unas luces que a la larga, pueden ser financiadas por el comercio o la misma iglesia, y además, no se deben permitir aglomeraciones, si de incentivar el turismo se trata. En fin, es una evidencia de que la iglesia influye fuertemente a los gobernantes, desde el presidente Duque hasta el alcalde del municipio más olvidado tienen su bendición.
Lo mas sensato es que se abra una investigación exhaustiva en contra de la Iglesia Católica Colombiana por tráfico de influencias y corrupción en la Navidad del 2020, la evidencia es amplia, sólo que no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Esto es tan solo la opinión de un Colombiano ateo que paga impuestos, y que ve como son mal gastados en la promoción de la fe católica, que en este punto de la crisis, en plena pandemía y con la tragedia en San Andrés y Providencia, es un acto cínico. Espero no me condenen a la hoguera por esto.
Ahora, si el Estado Colombiano es Católico y la iglesia toma decisiones, pues pongan eso en la constitución y así se ahorran criticas por mentirosos.
¡Les deseo una Feliz Navidad y un próspero y menos corrupto 2021!
Cesar Leal.
