En una operación contra Hezbolá, Israel lanzó múltiples ataques sobre la capital libanesa.
En una operación contra Hezbolá, Israel lanzó múltiples ataques sobre la capital libanesa.
Desde hace varias semanas, Israel viene lanzando una serie de bombardeos masivos sobre Líbano en respuesta a ataques de Hezbolá. Esto estintensificando un conflicto que ya venía escalando desde el año anterior. Los objetivos más recientes fueron los suburbios de Beirut, en el sector denominado como Dahiye al sur de la ciudad.
Esta operación, conocida como «Northern Arrows», ha causado devastación, matando a más de 700 personas y desplazando a cientos de miles de civiles libaneses. Se convierte en uno de los ataques más letales desde la Guerra Civil Libanesa. En el ataque del 27 de septiembre sobre Beirut, el Ministerio de Salud libanés, reportó preliminarmente dos muertos y 76 heridos.
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Israel, ha manifestado que su objetivo principal de Israel ha sido destruir la infraestructura de Hezbolá. Para ello utiliza distintos métodos como bombardeos que han alcanzado más allá de las áreas fronterizas habituales, como Beirut. O los dos ataques (aunque aún no reconocidos) utilizando pequeñas cargas explosivas en buscapersonas, teléfonos móviles, computadores y otros dispositivos.
Recientemente sus ataques se han centrado en Beirut, en la zona de Dahiye, uno de los bastiones de Hezbolá, en un intento de asesinar a sus líderes. El 23 atacó este sector, y había reportado la muerte de Ali Karaki, líder del grupo, y la organización libanesa la negó. En el ataque del 27 se septiembre, el Mossad en sus redes sociales indicó la muerte de Hashim Safi Al Din. Esta aún no ha sido confirmada por Hezbolá. También se ha rumorado la muerte de Hassan Nasrallah, principal líder de la organización; pero algunos medios han indicado que sigue con vida.
Hezbolá también viene realizando ataques hacia Israel. Ya ha lanzado 200 cohetes hacia dicho país, alcanzando áreas del norte del país, como Haifa. A pesar de los esfuerzos de la comunidad internacional por frenar la escalada, el conflicto sigue intensificándose. Tanto Israel como Líbano han tenido que evacuar a gran parte de su población cercana a la frontera.
Las Naciones Unidas y varios gobiernos han pedido la desescalada del conflicto. Pero Israel ha mantenido su postura de continuar los bombardeos hasta que Hezbolá cese sus ataques. Mientras tanto, desde Beirut, el gobierno libanés, liderado por el primer ministro Najib Mikati, ha calificado las acciones de Israel como una «guerra de exterminación», criticando la destrucción de pueblos enteros en el sur del país.
Las consecuencias humanitarias han sido devastadoras. Decenas de miles de personas han huido de sus hogares, recurriendo a escuelas convertidas en refugios temporales. Organizaciones no gubernamentales y voluntarios intentan cubrir las necesidades básicas de los desplazados, mientras que el gobierno libanés lucha por ofrecer ayuda adecuada.
Las áreas más afectadas por los bombardeos incluyen las gobernaciones de Beqaa y Baalbek, donde los residentes recibieron mensajes de advertencia de Israel para evacuar inmediatamente si vivían cerca de almacenes de armas de Hezbolá. Las evacuaciones masivas y el caos en las carreteras han complicado aún más la situación. La crisis humanitaria es muy compleja en Beqaa. Allí se han ubicado campamentos de refugiados tanto palestinos como sirios que han resultado afectados por los bombardeos.
La actual escalada entre Israel y Hezbolá también tiene antecedentes en incidentes previos. Como por ejemplo, el ataque de un misil en julio de 2024 que mató a 12 niños drusos en los Altos del Golán. Esto provocó una respuesta contundente de Israel, que incluyó el asesinato de líderes de Hezbolá y el aumento de ataques en Líbano. Hezbolá justificó sus ataques como una acción en apoyo a lo que sucede en Gaza, desde octubre. Esto en un tono similar, a las de las acciones que realizan grupos Houtíes desde Yemén.
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Este conflicto ha sido descrito como una «nueva fase» en la guerra entre Israel y Hezbolá, con bombardeos que han superado en intensidad a los enfrentamientos anteriores a lo largo de la frontera. Sin embargo, la posibilidad de una invasión terrestre de Israel al Líbano sigue siendo incierta, aunque miles de tropas israelíes han sido desplegadas cerca de la frontera.
A pesar de los esfuerzos diplomáticos de actores como Estados Unidos y Francia, no ha habido avances significativos en la resolución del conflicto. La guerra continúa afectando gravemente tanto a la infraestructura como a las vidas de civiles en ambos lados de la frontera. Estados Unidos también se ha desmarcado del tema, pues indicó que no ha sido notificado de los ataques israelíes a Líbano. Además que recientemente hubo diferencias, sobre bloqueos de Israel a las ayudas humanitarias del país norteamericano a Gaza.
El conflicto entre Israel y Hezbolá es solo una parte de una lucha más amplia en la región, que involucra a varios actores, incluidos Hamás, Yemen y el apoyo crucial de Irán a estas milicias. Las implicaciones regionales y globales de este enfrentamiento siguen siendo profundas y preocupantes para la estabilidad de Medio Oriente.
Algunos analistas indican que Israel busca escalar el conflicto para que se involucren países como Estados Unidos e Irán. Pero llegar a ese punto sería complejo para los estadounidenses que no podrían manejar económicamente tantos frentes de guerra teniendo en cuenta lo que ocurre en Ucrania. Además que sus problemas internos y ad portas de elecciones complicaría cualquier incursión, teniendo en cuenta que lo sucedido en Afganistán aún es recordado por la ciudadanía.
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