Atrás quedaron las elecciones presidenciales en Argentina y Javier Milei se vistió de vencedor. Y es que, en tan solo un par de años, Milei pasó de ser un economista que llamaba la atención en los programas de la TV argentina con sus ideas libertarias, a ser quien maneje las riendas del país sudamericano durante el próximo cuatrienio.
Y fue el propio Javier Milei quien definió como un “milagro” su amplio triunfo en las elecciones presidenciales del pasado domingo al obtener el 55,7 % de los votos contra el 44,3 % del oficialista Sergio Massa, quien reconoció su derrota horas después de comenzado el conteo.
“Gracias al equipo que viene trabajando hace dos años para transformar la Argentina y para lograr el milagro de tener un presidente liberal libertario”, dijo Milei en su primer discurso tras ser electo presidente.
Y es que Milei ganó sin tener experiencia de gobierno, pero líder de un nuevo partido denominado La Libertad Avanza, que incluye varios outsiders como él y así se impuso a las fuerzas políticas que han gobernado en la política argentina por décadas, sobre todo al peronismo.
Pero cómo logró Javier Milei este vertiginoso ascenso a lo más alto de la cúspide gubernamental argentina en poco tiempo. Al menos tres factores explican esto.
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La crisis económica
El primer factor determinante en la victoria de Milei es la grave situación económica y social que atraviesa Argentina. Dos de cada cinco personas están viviendo en la pobreza y la tasa de inflación anual llegó al 143 % el pasado mes de octubre.
Esta es la tercera gran crisis de este tipo que pasa Argentina desde que recuperó la democracia hace ya 40 años, tras la hiperinflación que anticipó al fin del gobierno de Raúl Alfonsín en 1989 y el estallido social que provocó la caída del presidente Fernando de la Rúa en 2001, según relata en analista político Rosendo Fraga.
La importancia de la crisis económica en las elecciones aumentó cuando Sergio Massa fue nombrado el candidato del oficialismo, y al mismo tiempo era el ministro de Economía del país.
Cabe recordar que Massa sorprendió a todos al ser el candidato más votado en la primera vuelta electoral el pasado mes de octubre. Pero fue imposible para él disimular los desequilibrios que enfrenta Argentina y que incluyeron algunos días sin combustible durante la campaña por el balotaje.
Con este contexto, la mayoría de los votantes se inclinaron por el cambio drástico que propuso Milei, el cual incluye dolarizar la economía, cerrar el Banco Central y recortar el gasto público en un 15 % del PIB.
Apoyo de la centroderecha antiperonista
Desde hace décadas se viene presentando una ruptura en la política argentina, l división entre peronistas y antiperonistas. Esto fue lo que aprovechó Milei para llevarse el triunfo, convencer a este último bloque para obtener los votos necesarios.
Para esto fue importante el respaldo que recibió en el balotaje de dos líderes de la coalición de centro derecha Juntos por el Cambio; el expresidente Mauricio Macri y la excandidata presidencial Patricia Bullrich, quien fue la tercera más votada en octubre.
De hecho, los 14,5 millones de votos que recibió Milei el domingo suponen un aumento de unos 6,4 millones de sufragios respecto al caudal obtenido en las generales, con un nivel de participación electoral similar.
“El Libertario”, además, se impuso en 21 de los 24 distritos electorales. Ganó en 20 provincias y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, mientras que el peronismo mantuvo su gran bastión, la provincia de Buenos Aires.
Esta se trata de una de las derrotas más severas de las últimas cuatro décadas para la fuerza fundada por Juan Domingo Perón a mediados del siglo pasado. Cabe mencionar que tras endosarse los apoyos de Macri y Bullrich, Milei atenuó sus críticas a la clase política y se concentró en difamar al kirchnerismo.
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Este sector del peronismo que lidera la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien gobernó Argentina entre el 2007 y el 2015, ha protagonizado múltiples escándalos que incluyen una condena por corrupción a ella misma.
Otro factor que ayudó a Milei a captar los votos de la centroderecha y el antiperonismo de cara al balotaje fue menguar el uso de una motosierra con la cual realizaba metáforas de sus planes del recorte drástico.
Otro punto a su favor fue el tono que manejó durante el mano a mano con Massa, muy distinto al empleado en otros momentos de la campaña, al punto que muchos se preguntaron por qué evitaba atacar con dureza a su rival.
Discurso rupturista
Otro punto que llevó a Javier Milei a su victoria, a parte de las promesas de liberación económica, fue el del discurso anti- establishment, con duras críticas a lo que él denominó la “casta política” argentina y quienes eran los que tenían sumido al país en la pobreza y la crisis actual.
Este discurso rupturista le permitió a Milei atraer votantes hartos del gobierno y la clase política tradicional, esto pese a la incertidumbre y el temor que generan sus propuestas en muchos otros.
Durante el cierre de su campaña, Milei respondió a sus detractores que sostenían que él representaba un riesgo, un “salto al vacío” para Argentina, diciendo: “¿De qué riesgo me hablan? ¿De qué salto al vacío? Si nos estamos yendo al mismísimo infierno”.
El entusiasmo sobre Milei se vio reflejado sobre todo en los jóvenes, quienes fueron un pilar clave en su triunfo y en varias encuestas durante la campaña se mostró que cuanto menor era la edad de los votantes, más creía el respaldo para el hoy electo presidente de Argentina.
