La Rolita, ¿crónica de una anulación anunciada?

Al parecer La Rolita nació con problemas legales y de factibilidad, razón por la cual un Tribunal decidió anular su creación.

La Rolita, fue creada por la administración de Claudia López en 2022 para diversificar el servicio de transporte público, reduciendo la dependencia de operadores privados de Transmilenio y promover prácticas sostenibles y equitativas. La empresa era un operador de transporte público en medio del mar de operadores privados de transporte en la capital.

Desde que comenzó, fue ideada para funcionar con una flota de buses eléctricos y una política de inclusión laboral que privilegiaba la contratación de mujeres conductoras, impulsando una transición hacia un sistema de transporte más ambientalmente consciente y con mayor equidad de género. Hay que anotar, que Bogotá es una de las ciudades con las flotas más grandes de buses eléctricos en el mundo.

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El enfoque diferencial apuntaba a mejorar la movilidad en zonas con menor cobertura de transporte público, especialmente en áreas de alta vulnerabilidad económica como Ciudad Bolívar. Y que el proyecto fuera complemento de otras estrategias como el Transmicable.

Recién comenzó a rodar, La Rolita ganó notoriedad no solo por su enfoque inclusivo y sostenible, sino también por enfrentar retos financieros y administrativos comunes en los sistemas de transporte públicos de Bogotá. La empresa funcionaba con la meta de atender una demanda que no era totaltamente rentable para los operadores privados, haciéndolo a través de subsidios estatales y tarifas controladas.

La administración de Claudia López ciudad resaltaba que, a diferencia de los contratos con operadores privados, La Rolita le permitiría al distrito mayor flexibilidad y control sobre los servicios de transporte en el sur de la ciudad, y de esta forma cubrir vacíos importantes en las rutas de Transmilenio

A pesar de lo que venía ofreciendo la empresa, un fallo reciente del Tribunal Administrativo de Cundinamarca anuló la creación de La Rolita, argumentando que esta no cumplía con los estudios técnicos y financieros requeridos, en particular sobre su viabilidad y sostenibilidad a largo plazo. Fuentes indicaron que a este medio, que en tiempos de Claudia López se conocía el riesgo de echar abajo el proyecto por la falta de estos requisitos. Las fuentes también indicaron que era un secreto a gritos dentro del distrito que no demoraría mucho en que La Rolita dejara de funcionar por problemas legales, más allá de su loable enfoque diferencial.

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La sentencia del Tribunal resalta que faltaban análisis exhaustivos que justificaran la inversión en una nueva entidad pública de transporte, lo que plantea un reto para la alcaldía en términos de cumplir con los procedimientos administrativos. Este fallo ha puesto en pausa el futuro de la empresa y ha generado incertidumbre entre los empleados y usuarios que dependen de La Rolita. También el 12 de octubre, Carolina Ramírez, quien gerenciaba la empresa, había sido despedida en medio de un cruce de versiones sobre su salida entre la alcaldía actual y la anterior.

A pesar del fallo, la alcaldía de Carlos Fernando Galán ha defendido el proyecto argumentando que desea que Bogotá tenga un operador público de transporte como La Rolita. Hay que anotar que ya se había hecho una advertencia desde los tribunales sobre las anomalías en el funcionamiento de La Rolita, que apuntan a que fueron ignoradas en su momento durante la alcaldía de Claudia López.

La administración actual también ha señalado que están en proceso de revisar las recomendaciones judiciales para reestructurar el proyecto y cumplir con los requisitos técnicos necesarios. “Queremos que Bogotá siga teniendo un operador público de transporte. Vamos a estudiar las distintas alternativas jurídicas y administrativas frente al fallo de nulidad del Tribunal Administrativo de Cundinamarca y haremos lo necesario para corregir los errores que se hayan cometido en la creación de La Rolita en la pasada administración.”, indicó el alcalde.

El caso de La Rolita ha reabierto un debate más amplio sobre la necesidad de reformar y diversificar el sistema de transporte en Bogotá. Una empresa como esta permite un modelo alternativo y complementario a Transmilenio, que ha enfrentado críticas por problemas de calidad y seguridad en sus servicios.

Con La Rolita, el gobierno de Bogotá buscaba mejorar las condiciones de transporte en áreas desatendidas, además de incentivar el uso de tecnologías limpias mediante buses eléctricos, contribuyendo así a la reducción de emisiones en la ciudad.

La creación y desarrollo de La Rolita también buscaba crear un cambio cultural en la movilidad de Bogotá, alentando una visión más inclusiva y equitativa en el transporte público. Con una fuerte apuesta por la igualdad de género, se promovió un ambiente de trabajo donde las mujeres tuvieran mayores oportunidades, especialmente en sectores como el transporte, que tradicionalmente han estado dominados por hombres.

Este enfoque de inclusión ha sido uno de los aspectos más valorados por sus defensores, quienes consideran que la empresa va más allá de ser un simple operador de transporte. Una razón de peso para buscar que La Rolita supere los inconvenientes legales y técnicos y siga rodando por Bogotá.

Ronald Ernesto Cano Gutiérrez

Ingeniero de sistemas de la UFPS, con estudios de fotografía y vídeo. Reportero gráfico enfocado en temas relacionados con la movilización social, y los eventos culturales y deportivos.

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