El cardenal agustiniano Robert Francis Prevost, tomará como nombre religioso León XIV tras asumir como el Papa 267 y Obispo de Roma.
El cardenal agustiniano Robert Francis Prevost, tomará como nombre religioso León XIV tras asumir como el Papa 267 y Obispo de Roma.
Tras dos días de cónclave en Roma, fue elegido como nuevo Papa el cardenal agustiniano Robert Francis Prevost. Esta elección marca un momento significativo en la historia reciente de la Iglesia Católica, especialmente por su origen y trayectoria. Prevost se hará llamar León XIV como pontífice.
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El nuevo pontífice, nacido en Chicago (Estados Unidos), es el primer Papa estadounidense en la historia. Su designación ha generado múltiples reacciones tanto dentro como fuera del mundo católico, al tratarse de una figura que no estaba entre los favoritos mencionados por los analistas vaticanos.
Durante su vida sacerdotal, Robert Prevost vivió y ejerció su ministerio durante muchos años en el Perú, país al que llegó como misionero agustiniano. Allí se desempeñó como obispo de Chiclayo, una de las diócesis más importantes del norte del país, lo que le dio un profundo conocimiento de las realidades sociales latinoamericanas.
Fue un colaborador cercano del Papa Francisco I, con quien compartía visiones sobre la justicia social, la inclusión, la necesidad de una Iglesia más humilde y cercana a los más necesitados. Por eso, se espera que su papado represente una continuidad en las reformas iniciadas por el primer Papa latinoamericano.
El nuevo Papa ha elegido el nombre de León XIV, un gesto que ha despertado diversas interpretaciones. Algunos expertos consideran que busca rendir homenaje a León XIII, conocido por su encíclica Rerum Novarum, que estableció las bases de la doctrina social de la Iglesia en tiempos modernos.
A pesar de no figurar entre los papables favoritos, su elección refleja el deseo del Colegio Cardenalicio de apostar por una figura conciliadora, con experiencia misionera y una fuerte conexión con los pueblos del sur global.
El cónclave, celebrado bajo un fuerte hermetismo en la Capilla Sixtina, reunió a 133 cardenales electores. La elección de Prevost se habría logrado tras varias rondas de votación, lo que indica que fue una figura de consenso en medio de corrientes internas.
Uno de los principales retos del nuevo Papa será enfrentar las fracturas internas dentro de la Iglesia: entre sectores conservadores y progresistas, entre el clero europeo y el del sur global, así como entre fieles urbanos y rurales.
También se espera que el Papa León XIV profundice en temas como la transparencia financiera del Vaticano, la lucha contra los abusos sexuales en la Iglesia, y la apertura hacia una mayor participación de la mujer en roles eclesiásticos.
En cuanto a su enfoque geopolítico, su formación multicultural y su vida entre América del Norte y del Sur podrían fortalecer el diálogo entre iglesias locales y la Santa Sede, así como tender puentes entre culturas y regiones diversas.
La elección de un Papa estadounidense plantea también interrogantes sobre el rol de la Iglesia Católica en Estados Unidos, país donde ha enfrentado crisis de confianza, escándalos y pérdida de fieles, pero donde aún tiene una gran presencia institucional.
El Papa León XIV ha sido descrito por quienes lo conocen como un hombre austero, cercano al pueblo y con una fuerte vocación pastoral. Su formación agustiniana le da un perfil intelectual y contemplativo, muy en línea con los desafíos éticos de la actualidad.
A nivel doctrinal, se espera que continúe promoviendo una Iglesia comprometida con el medio ambiente, como lo hizo Francisco con la encíclica Laudato Si’, y que impulse el diálogo con otras religiones y movimientos sociales.
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En su primer discurso ante los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el nuevo Papa llamó a la unidad, a la esperanza y al compromiso con “una Iglesia que camine con los pobres y por la paz”. La elección de Robert Prevost como Papa León XIV podría marcar el inicio de una nueva etapa de reconciliación y reforma.