Los Ángeles, declarada ciudad santuario en noviembre de 2024, vive fuertes protestas de la población migrante en medio de las redadas de ICE.
miércoles, 11 de junio de 2025
Los Ángeles, declarada ciudad santuario en noviembre de 2024, vive fuertes protestas de la población migrante en medio de las redadas de ICE.
La ciudad de Los Ángeles, capital del estado de California, vive ya cuatro días de protestas tras la realización de extensas redadas migratorias por parte del gobierno federal, que han generado tensiones crecientes.
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El presidente Donald Trump respondió enviando primero a la Guardia Nacional, y recientemente desplegó también a 700 marines, lo cual constituye una inusual intervención militar dentro del territorio nacional sin la autorización del gobernador.
En total, ya se han desplegado incluso hasta 4.000 efectivos de la Guardia Nacional, junto con los marines, marcando un inédito uso de tropas federales para controlar disturbios civiles en varios estados.
Hasta la fecha, al menos 56 personas han sido detenidas en Los Ángeles desde el viernes 6 de junio, principalmente bajo cargos de desorden público y delitos menores relacionados con las protestas.
El estado de California impuso prohibición de aglomeraciones, ante los recientes ataques de manifestantes a la policía y daños a la propiedad pública, lo cual precipitó las primeras detenciones.
El gobernador Gavin Newsom (demócrata) respondió demandando al presidente Trump por este despliegue militar, alegando que se trata de una violación de la autonomía estatal.
Newsom afirmó en su demanda que esta medida podría replicarse en cualquier estado de EE.UU., lo que representa un precedente peligroso que erosiona el sistema federalista.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, también demócrata, manifestó estar decepcionada, ya que había advertido que el despliegue generaría un mayor caos y tensionaría aún más la situación.
El jefe de policía de Los Ángeles (LAPD) declaró que, si bien las protestas están “fuera de control”, cuentan con capacidad para controlarlas sin ayuda federal, advirtiendo que la presencia de tropas en la ciudad complica las labores.
Las manifestaciones continúan en las calles, con convocatorias abiertas para movilizaciones adicionales, organizadas principalmente por colectivos proinmigrantes y sindicales locales.
En paralelo, continúan las redadas para capturar inmigrantes en los suburbios californianos, incluso en zonas declaradas santuario, lo cual ha acentuado el clima de tensión social.
El Pentágono ha preparado protocolos sobre el posible uso de fuerza por parte de los marines, destacando que están entrenados para control de masas y no para actuar en situaciones civiles complejas.
Diversos críticos constitucionales han señalado que la movilización de tropas federales sin la aprobación del gobernador recuerda a escenarios de intervención militar interna, algo no visto desde mediados del siglo XX.
California ya presentó no solo una, sino varias demandas judiciales: una contra el uso de la Guardia Nacional, y otra ejecutiva por la llegada de marines, afirmando que constituyen un asalto a la soberanía estatal.
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La disputa entre Trump y las autoridades de California genera un clima de confrontación política y jurídica sin precedentes, planteando si un presidente puede usar tropas en territorio estatal en contra del criterio de gobernadores elegidos.