El pasado 17 de julio, la residente de medicina Catalia Gutiérrez Zuluaga de la Universidad Javeriana, se quitó la vida. Detrás de este hecho hay todo un historial de maltratos físicos y psicológicos que ocurren en las facultades de medicina del país, lo que ha generado un gran debate nacional al respecto.
El pasado 17 de julio, la residente de medicina Catalia Gutiérrez Zuluaga de la Universidad Javeriana, se quitó la vida. Detrás de este hecho hay todo un historial de maltratos físicos y psicológicos que ocurren en las facultades de medicina del país, lo que ha generado un gran debate nacional al respecto.
Tras los hechos ocurridos con la estudiante de medicina, en redes sociales muchas personas que actualmente realizan la residencia médica o que ya son profesionales, indicaron que esta situación ha sido normalizada por los entes educativos.
Con la excusa de “formar el carácter”, el personal médico con el que se realiza la residencia, suele agredir tanto física como psicológicamente a las y los residentes de manera constante. Catalina Gutiérrez solo demostró ser la punta del iceberg de una situación que lleva años pero que al parecer las universidades intentan mantener oculta.
En una velatón que se realizó el 22 de julio en la entrada del Hospital Universitario San Ignacio de la Universidad Javeriana, manifestantes exigen cambios en la forma que se manejan procesos como las residencias así como otros espacios de la preparación académica universitaria.
En este espacio, en dos carteles se plasmaron tanto un listado de residentes que se han quitado la vida debido a los abusos; como en otro se publicaron en un “cartel de la infamia”, los nombres de médicos, enfermeros, enfermeras e instrumentadores señalados de cometer abusos a través de una larga historia de residencias médicas en entidades de salud de Bogotá.
El recién nombrado Ministro de Educación, Daniel Rojas; ya fue cuestionado sobre la postura del Ministerio al respecto de comenzar a regular a los entes educativos en la forma como manejan las quejas del estudiantado acerca de los abusos de los docentes.
Algunas universidades ofrecen acompañamientos psicológicos, pero esto simplemente es un paliativo ante un escenario crítico, en el cual se hizo necesaria una reforma en el método educativo. Demanda que hicieron evidente los manifestantes que se concentraron en la velatón y miles de personas a través de las redes sociales.
