Controversias en medio de la marcha del orgullo LGBTIQ+

Desde el año pasado que retornó la marcha del orgullo LGBTIQ+, se hizo evidente una fuerte crítica por la mercantilización de la misma. Esto generó la denominada «contramarcha» que hizo su aparición en 2021. Este año se presentaron las mismas discrepancias.

Desde el año pasado que retornó la marcha del orgullo LGBTIQ+, se hizo evidente una fuerte crítica por la mercantilización de la misma. Esto generó la denominada «contramarcha» que hizo su aparición en 2021. Este año se presentaron las mismas discrepancias.

La mercantilización de la inclusión

Este año la marcha del orgullo fue la más masiva hasta ahora. Con un aforo aproximado de 40.000 personas según cifras de las autoridades distritales, se podría considerar un símbolo de una sociedad más inclusiva. Sin embargo, la marcha cada vez es más objeto de críticas, específicamente por personas dentro de la comunidad LGBTIQ+.

Varias voces han indicado que la inclusión más allá de hacerse por una evolución de la sociedad, se viene dando como un fenómeno comercial. Ya se ha hecho común que las grandes marcas enarbolen los colores de la bandera LGBTIQ+ durante los días de conmemoración del «Pride».

También desde hace varios años, las marcas y empresas hacen presencia en la marcha, en lo que algunos sectores dentro de la comunidad LGBTIQ+ han considerado oportunismo para vender sus productos dentro de un marco de inclusión.

Este tipo de situaciones, además de una evidente división de clases dentro de la comunidad, han generado que algunos sectores vean con ojos críticos la marcha. En especial porque la marcha ha perdido su carácter reivindicatorio para convertirse, según esos sectores, en un espacio comercial y publicitario que nada tiene que ver con el origen de la movilización.

La contramarcha

Disidencias sexuales y de género critican la inversión económica que se realiza en la marcha del orgullo. E indican que ese dinero podría invertirse en acompañamientos médicos y psicológicos de sus procesos de transición.

Estos sectores consideran también que no caben dentro de la marcha del orgullo, la cual ven como una creación de la institucionalidad. Por estas razones decidieron iniciar lo que llaman la «contramarcha», la cual se desarrolla en la ruta contraria a la marcha del orgullo.

 

También consideran que la marcha se ha convertido en una fiesta, que desconoce y olvida los crímenes de género que se cometen a diario en Colombia. Particularmente consideran que la presencia policial en la marcha del orgullo contraviene los orígenes del mismo.

Según personas activistas de la contramarcha, la marcha contraviene lo ocurrido en Stonewall el siglo pasado, pues todo el movimiento fue en contra la policía. Y hoy por hoy, la marcha del orgullo va acompañada de la fuerza policial, la cual también ha sido denunciada por agredir especialmente a mujeres trans.

La confrontación

En 2021 ya se habían presentado roces entre los grupos de la contramarcha y la marcha pero sin mayores complicaciones. Este año, los roces escalaron y se presentó una confrontación que pasó más allá de las palabras.

En cercanías al centro comercial San Martín, personas de la contramarcha habían bloqueado el paso de la marcha. Este hecho desencadenó la ira de algunas personas de la marcha que decidieron agredir a quienes bloqueaban la vía, dejando como resultado una persona herida del lado de la contramarcha.

La confrontación escaló y la decoración de una carroza fue quemada sin ninguna persona herida. Al igual que el año pasado, los gritos de un lado y el otro aparecieron. 

Personas de la marcha exigían poder continuar con su paso, mientras que las de la marcha gritaban que la marcha «no era un show».

Una plaza llena

Más allá de los altercados, que hoy por hoy implican quizás un replateamiento de las políticas de género a nivel nacional. La marcha alcanzó la plaza de Bolívar.

 

En la plaza se desarrollaron actividades culturales hasta caída la noche. El lugar estuvo colmado de personas que de una u otra forma celebraron su identidad de género.

Ronald Ernesto Cano Gutiérrez

Ingeniero de sistemas de la UFPS, con estudios de fotografía y vídeo. Reportero gráfico enfocado en temas relacionados con la movilización social, y los eventos culturales y deportivos.

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