lunes, 27 de octubre de 2025

Reino Unido está conmocionado por la muerte Oliver Gorman a causa del «chroming»

Gran impacto causó la muerte del adolescente Oliver Gorman, al parecer por practicar el denominado «chroming», motivado por retos en redes sociales.

Oliver Gorman era un niño de 12 años de edad que fue hallado sin respuesta en su dormitorio el 4 de mayo de 2025 en Hyde, Tameside, Reino Unido. Su muerte fue declarada un accidente tras una investigación médica que determinó la inhalación de gas butano, presente en aerosoles de desodorantes, como causa probable.

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Según el informe forense, en la habitación del niño se encontraron varias botellas vacías de desodorante, lo cual fue uno de los indicios clave que permitió relacionar su muerte con la práctica de inhalar aerosoles para “drogarse” rápidamente. Su madre lo describió como un “niño dulce” y “tranquilo”, y manifestó su sorpresa ante la rapidez con que ocurrió el incidente.

El término “chroming” proviene originalmente de Australia y hace referencia al consumo recreativo de vapores de solventes volátiles —como pintura en spray, aerosoles de desodorante, pegamentos— inhalados para provocar euforia.

En el caso de Oliver, el tribunal consideró que la práctica que siguió estaba motivada por un reto viral de redes sociales (TikTok) que animaba a los menores a inhalar aerosoles o gases para obtener un efecto psicológico rápido. Aunque no se estableció que Oliver participara directamente en la grabación o publicación del reto, el ambiente digital fue señalado como facilitador de la conducta.

Los expertos médicos explican que la inhalación de hidrocarburos o gases volátiles puede provocar efectos inmediatos graves: taquicardia, arritmias cardíacas, convulsiones, paro respiratorio e incluso muerte súbita, incluso en la primera exposición. El mecanismo incluye una sensibilización del corazón a las catecolaminas y un desplazamiento del oxígeno en los pulmones, lo que desencadena “muerte súbita por inhalación” o “sudden sniffing death”.

El fenómeno de chroming ha sido documentado en diversos países como Australia, Reino Unido, Estados Unidos y otros, donde adolescentes han muerto o quedado con graves secuelas neurológicas por inhalar estos productos de uso doméstico mientras grababan retos o simplemente experimentaban.

En el caso británico de Gorman, el forense registró la conclusión de “misadventure” (accidente), al señalar que no había evidencia de que el niño hubiera tenido intención suicida, aunque también señaló que pudo estar “un poco bajo” tras algunas quejas escolares.

Las circunstancias que rodearon su muerte levantaron una alerta adicional sobre la facilidad de acceso de menores a aerosoles de desodorante y productos de uso cotidiano, y la necesidad de revisar señales de advertencia, edad mínima de compra o bloqueo de contenidos en redes que promueven retos peligrosos.

Los padres y tutores de Gorman han pedido que las autoridades regulen mejor el etiquetado de advertencias en estos productos: según el caso, la etiqueta que indicaba el riesgo estaba impresa, pero era pequeña y prácticamente invisible, según el forense.

El caso también plantea un debate sobre la responsabilidad de las plataformas digitales como TikTok en la difusión de retos peligrosos, la supervisión de menores y la combinación de ocio adolescente con conductas de riesgo que llevan a consecuencias mortales sin que los jóvenes comprendan la magnitud del peligro.

La muerte de Oliver Gorman —un niño de apenas 12 años— es un trágico recordatorio de cómo la práctica de «chroming», impulsada por redes sociales, puede pasar de experimento juvenil a tragedia en cuestión de minutos. Su caso ha sido usado como ejemplo para promover campañas de concienciación y revisar regulaciones sobre inhalantes y aerosoles entre menores.

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La urgencia ahora es educativa y preventiva: padres, escuelas, industria y plataformas digitales deben colaborar para reducir el riesgo de que otro niño participe en un reto mortal. Como se ha recomendado, mantener aerosoles bajo llave, restringir su venta a menores y supervisar el uso de redes sociales son pasos clave para evitar que lo que le ocurrió a Oliver vuelva a repetirse.

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