sábado, 17 de mayo de 2025

Firma de plan de cooperación con China genera controversias a nivel nacional e internacional

En medio de la duda sobre si el plan de cooperación es una figura diferente o es un memorando de entendimiento, no están haciendo falta las controversias sobre el ingreso de Colombia a la Nueva Ruta de la Seda.

El gobierno colombiano firmó un plan de cooperación con China dentro de la iniciativa del Cinturón y la Ruta, también conocida como la Nueva Ruta de la Seda. Este acuerdo representa un giro estratégico en la política exterior de Colombia y marca un paso importante en su relación con la potencia asiática.

Te puede interesar: Presidente Petro anunció que Colombia entraría a la Ruta de la Seda

El acuerdo es uno de los primeros pasos para que Colombia se integre formalmente en la Ruta de la Seda, al igual que ya lo han hecho más de 20 países latinoamericanos, incluyendo Argentina, Chile y Perú. La adhesión colombiana ha sido observada de cerca por la comunidad internacional.

La acción ha generado polémicas desde distintos sectores, tanto a nivel nacional como internacional. Mientras algunos sectores ven una oportunidad de diversificación económica, otros perciben un riesgo geopolítico significativo.

A nivel nacional, varios empresarios y figuras del sector privado han criticado la decisión del presidente Gustavo Petro. Aseguran que esta decisión podría poner en riesgo las relaciones estratégicas con Estados Unidos, tradicional aliado comercial y político.

Uno de los argumentos más repetidos es que esta movida podría provocar a Estados Unidos, especialmente en un contexto en el que el país norteamericano mantiene una guerra económica con China desde el ascenso de Donald Trump al poder.

Desde la perspectiva de Washington, la participación de Colombia en la iniciativa china representa una amenaza para su influencia regional. Como respuesta, Estados Unidos ya ha empezado a lanzar advertencias diplomáticas.

Una de las amenazas más concretas es la relacionada con los préstamos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Estados Unidos ha insinuado que podría bloquear financiamiento para proyectos en los que participen empresas chinas.

Esto pone en duda el futuro de múltiples proyectos de infraestructura en Colombia, donde los recursos del BID han sido fundamentales. Además, se podría perder apoyo para el desarrollo de energía limpia, conectividad y logística.

En paralelo, se ha planteado la posibilidad de que Estados Unidos deje de importar flores y café colombiano, dos de los productos más representativos de las exportaciones nacionales. Según fuentes diplomáticas, Trump estaría considerando buscar proveedores alternativos en otros países.

La impredecibilidad de Trump y su estilo de hacer diplomacia agresiva han generado incertidumbre en el gobierno colombiano y en el sector empresarial. La tensión podría afectar a otros sectores económicos si la confrontación escala.

Más allá de las amenazas, lo más complejo es pensar en reorientar la balanza comercial que actualmente favorece a Estados Unidos hacia una relación más profunda con China, cuyo mercado y condiciones comerciales son radicalmente distintos.

Para algunos analistas, el cambio de eje geoeconómico implicaría una reconfiguración total de la estructura productiva y comercial de Colombia. Se necesitarían nuevas alianzas, tecnología, e incluso normas sanitarias y técnicas para adaptarse al mercado chino.

Entre los temas más debatidos también está el ofrecimiento de aviones chinos como reemplazo de la actual flota aérea militar colombiana. Esta oferta ha generado preocupación en el sector defensa, acostumbrado a trabajar con tecnología estadounidense y que Estados Unidos se sienta amenazado en temas de seguridad regional.

Además, se han mencionado posibles préstamos del banco BRICS, una institución financiera promovida por China, India, Rusia, Brasil y Sudáfrica, como alternativa a organismos financieros tradicionales del Occidente.

Internamente, la firma del plan de cooperación ha exacerbado las diferencias entre la canciller Laura Sarabia y el presidente Petro. Algunas fuentes cercanas al Palacio de Nariño afirman que Sarabia no fue consultada antes de concretar el acuerdo con China.

Estas tensiones entre los máximos representantes de la política exterior pueden debilitar la coherencia diplomática del país y reflejan la falta de consenso interno en decisiones de alto nivel internacional.

El plan de cooperación también genera dudas en sectores académicos y ambientales, pues temen que la inversión china se traduzca en proyectos con bajo respeto por los derechos laborales o el medio ambiente, como ha ocurrido en otros países.

Te puede interesar: Acercándose al Banco BRICS y la Ruta de la Seda, termina gira del presidente Petro en China

Pese a todo, algunos sectores del gobierno defienden la firma del acuerdo como una oportunidad para acceder a nuevos mercados, tecnología de punta y financiamiento en condiciones favorables, especialmente en tiempos de crisis fiscal.

Redacción Política

Te puede interesar...

Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Si tiene una rectificación o aclaración sobre algún tema publicado en este medio, por favor escríbanos a: editor@doomoeditorial.com.co