El proceso de impeachment contra Yoon Suk Yeol avanza en medio de mucha polarización. En 3 meses desde el 13 de diciembre el Tribunal Constitucional debe definir la situación de Yoon.
El proceso de impeachment contra Yoon Suk Yeol avanza en medio de mucha polarización. En 3 meses desde el 13 de diciembre el Tribunal Constitucional debe definir la situación de Yoon.
El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, enfrenta un proceso de impeachment tras su fallido intento de imponer la ley marcial el 3 de diciembre de 2024. Esta acción sorprendió al país y generó acusaciones de insurrección en su contra.
El 14 de diciembre, la Asamblea Nacional aprobó la moción de impeachment con una votación de 204 a favor y 85 en contra, incluyendo votos de 12 miembros del propio partido de Yoon. Esta decisión suspendió sus poderes presidenciales, y el Tribunal Constitucional tiene hasta 180 días para decidir sobre su destitución o reinstalación.
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Tras la suspensión, Yoon se ha atrincherado en su residencia oficial, resistiendo los intentos de detención por parte de las autoridades. El 2 de enero de 2025, investigadores de la Oficina de Investigación de Corrupción para Altos Funcionarios intentaron arrestarlo, pero fueron bloqueados por el equipo de seguridad presidencial y cientos de simpatizantes que se congregaron en el lugar.
La resistencia de Yoon ha polarizado a la sociedad surcoreana. Sus partidarios, principalmente conservadores, lo ven como un líder legítimo que enfrenta una persecución política, mientras que sus opositores lo acusan de intentar un golpe de Estado y exigen su enjuiciamiento.
El 9 de enero de 2025, partidos de oposición presentaron un proyecto de ley para una investigación independiente sobre las acciones de Yoon, sospechando que su decreto de ley marcial constituye un intento de rebelión. Mientras tanto, miles de personas, tanto simpatizantes como críticos, se han manifestado cerca de su residencia en Seúl, aumentando la tensión política en el país.
La situación ha generado preocupación internacional sobre la estabilidad política de Corea del Sur, un aliado clave en la región. La comunidad internacional observa de cerca cómo se desarrollan los acontecimientos, dado el impacto potencial en la seguridad y economía regionales.
A pesar de la suspensión de sus funciones, Yoon ha declarado que luchará «hasta el final» contra lo que denomina «fuerzas antiestatales», negándose a cooperar con las autoridades judiciales y calificando los procedimientos en su contra como ilegales.
El proceso de impeachment y los intentos de arresto han revitalizado a los seguidores de Yoon y al Partido del Poder Popular (PPP). Las encuestas recientes muestran un aumento en la aprobación del PPP, indicando una unificación del bloque conservador de cara a posibles elecciones.
La crisis política también ha llevado a la destitución del primer ministro Han Duck-soo, profundizando la inestabilidad gubernamental. La economía surcoreana podría verse afectada si la situación no se resuelve pronto, aumentando la incertidumbre entre inversores y ciudadanos.
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El desenlace del impeachment y las investigaciones en curso determinarán el futuro político de Yoon y la dirección que tomará Corea del Sur en los próximos meses, en medio de un clima de creciente polarización y desafíos internos y externos.
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