sábado, 25 de octubre de 2025

Se empantana una posible solución pacífica a la guerra en Ucrania

Aunque Donald Trump indicó que la paz en Ucrania era posible, recientemente canceló su cumbre con Putin en Budapest y ha barajado la opción de suministrar misiles Tomahawk a Kiev.

El 22 de octubre de 2025, Trump anunció que cancelaba la cumbre prevista en Budapest con Putin, alegando que “no veía el momento adecuado” y que los progresos hacia la paz eran insuficientes. Esta decisión señaliza un retroceso en el diálogo directo entre Washington y Moscú, y genera preguntas sobre la estrategia estadounidense en el conflicto en Ucrania.

Te puede interesar: El rey Carlos III rezó junto al papa León XIV en un gesto histórico de acercamiento entre la Iglesia anglicana y la católica

Según la Casa Blanca, la reunión fue pospuesta porque “no estábamos llegando al lugar que tenemos que llegar”, en palabras de Trump. A su vez, el discurso oficial dijo que la administración estadounidense seguirá abierta a un futuro encuentro, pero solo cuando haya avances concretos de Rusia hacia la negociación.

En este ambiente, la cuestión del envío de misiles Tomahawk a Ucrania adquirió relevancia. Ucrania y sus aliados han considerado que estos sistemas de largo alcance podrían alterar el equilibrio militar, permitiendo atacar objetivos profundos en territorio ruso.

A pesar de esto, Trump expresó recientemente su reticencia a suministrar esos misiles, citando complejidad operativa, coste y la necesidad de capacitación extensa para el personal ucraniano. Por su parte, el Kremlin advirtió que tal entrega representaría una “nueva etapa cualitativa de escalada” y podría destruir las relaciones con EE.UU.

Mientras tanto, Zelenskyy viajó al Reino Unido para reunirse con más de 20 líderes europeos, con el fin de reforzar el apoyo militar y diplomático a Ucrania. En Londres, destacó que “no podemos hallar la paz sin EE.UU.” y que el continente debe actuar unido frente a Rusia.

Durante esa visita, se elevó la exigencia de sancionar el petróleo ruso, reforzar defensas antiaéreas ucranianas y acelerar misiles de largo alcance de origen europeo. El pacto subraya cómo parte de los aliados europeos busca compensar el freno estadounidense sobre los Tomahawk.

Por su parte, Rusia respondió con ataques continuos en territorio ucraniano y ocasionalmente en zonas rusas, mientras Ucrania aprovechó misiles británicos para bombardear una planta en la región rusa de Briansk, indicando que el conflicto trasciende las fronteras tradicionales. Estas operaciones demuestran que la guerra se ha vuelto cada vez más de largo alcance y menos contenida.

En medio de todo esto, la suspensión de la cumbre y el debate sobre los misiles reflejan una estrategia dual: EE.UU. quiere mantener presión sobre Rusia, pero al mismo tiempo evitar escaladas directas o que Ucrania se convierta en atacante profundo de suelo ruso, lo que podría desencadenar una respuesta mayor.

El contraste es claro: mientras Ucrania busca armas de largo alcance para cambiar la correlación militar, EE.UU. opta por diplomacia cautelosa y sanciones económicas; y Rusia amenaza con mayor agresividad si se supera lo que considera su zona de influencia.

El término “coalición de los dispuestos” usado por Zelenskyy para referirse al bloque europeo subraya que la guerra ya no es solo bilateral entre Rusia y Ucrania, sino un conflicto de alcance global que involucra decisiones estratégicas de potencias y alianzas.

Para Ucrania, el viaje a Londres y la solicitud de misiles son parte de su esfuerzo por asegurar su supervivencia, reforzar su capacidad ofensiva y construir un frente diplomático que vaya más allá del simple apoyo logístico. Pero también está limitado por las decisiones de EE.UU., que tematiza la entrega de armas con consideraciones estratégicas globales.

Te puede interesar: Nicolas Sarkozy ingresó en prisión para cumplir condena por financiación ilegal de campaña electoral

La cancelación de la cumbre Trump-Putin, la discusión sobre misiles Tomahawk y la movilización diplomática de Ucrania configuran una nueva fase del conflicto: menos confrontación directa, más presión estratégica, distribución de roles entre potencias y un conflicto que se extiende tanto en la política como en el terreno militar. El desenlace aún está abierto, y cada paso podría marcar una escalada o un atisbo de solución.

Te puede interesar...

Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Si tiene una rectificación o aclaración sobre algún tema publicado en este medio, por favor escríbanos a: editor@doomoeditorial.com.co