La crisis climática, la guerra en Gaza y Líbano, el escalamiento del conflicto entre Rusia y Ucrania y la reciente elección de Trump tensaron esta nueva cumbre del G20.
La crisis climática, la guerra en Gaza y Líbano, el escalamiento del conflicto entre Rusia y Ucrania y la reciente elección de Trump tensaron esta nueva cumbre del G20.
En la Cumbre del G20 celebrada entre el 18 y el 19 de noviembre de 2024 en Río de Janeiro, Brasil, líderes de las principales economías del mundo abordaron temas clave como la inclusión social, la sostenibilidad ambiental y la reforma de la gobernanza global. Este encuentro, presidido por el mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, también enfatizó la necesidad de resolver conflictos internacionales, con especial atención en la guerra en Ucrania y el conflicto entre Israel y Palestina.
Durante la cumbre, se discutieron propuestas como la modernización de instituciones globales como la ONU, el FMI, y el Banco Mundial para adaptarlas a las realidades contemporáneas. Este tema fue destacado por Lula, quien defendió un sistema más justo y representativo para enfrentar los retos globales, incluyendo la lucha contra el hambre y el cambio climático.
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En el ámbito ambiental, el enfoque se centró en promover una economía verde. Brasil lideró la conversación, proponiendo estrategias para reducir las emisiones de carbono y adoptar fuentes de energía limpia, reflejando su papel como líder en sostenibilidad. Los países participantes reafirmaron su compromiso de enfrentar la crisis climática con acciones concretas.
Otro punto clave fue la creación de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, que busca movilizar recursos y generar impacto tangible en regiones vulnerables. Este esfuerzo estuvo alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, destacando la cooperación internacional para erradicar desigualdades.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, participó activamente, proponiendo destinar el 1% del gasto militar global al programa de reforestación Sembrando Vida y enfatizando la importancia de la solidaridad global para reducir la migración y el hambre. También sostuvo reuniones bilaterales con líderes como Joe Biden y Xi Jinping, fortaleciendo la cooperación en temas de seguridad y recuperación económica.
La declaración final de los líderes reunidos en la cumbre del G20 reflejó un compromiso con la paz, llamando a resolver conflictos y redirigir recursos hacia el desarrollo sostenible. Este mensaje reforzó la visión brasileña de priorizar la estabilidad global como base para enfrentar desafíos sociales y ambientales.
Por último, el 19 de noviembre se llevó a cabo la ceremonia de transferencia de la presidencia del G20 de Brasil a Sudáfrica, marcando el inicio del liderazgo de este país para 2025. Sudáfrica asumirá un rol destacado en la continuación de los debates globales, enfocándose en los retos específicos del continente africano.
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La cumbre concluyó con un llamado a la acción colectiva para construir un futuro más equitativo, sostenible y en paz, destacando la urgencia de abordar desafíos estructurales globales.