Cuando comenzó «la gran G», acuñaron un lema que no es muy conocido: “Don’t be evil” (No seas malvado en castellano). Google en sus comienzos parecía que tenía un modelo económico muy distinto a lo que proponían compañías como Apple o Microsoft. Con el tiempo, Google resultó que era igual de «malvado» que aquellos de los que nos venía a salvar. Detrás de sus coloridos productos, se escondía una flagrante invasión a nuestra privacidad.