Hace más de una década se abrió una nueva ruta migratoria desde Suramérica y hasta los Estados Unidos, una ruta que día a día se convierte en el escape de miles de migrantes que buscan llegar al norte para encontrar aquello que llaman el “sueño americano”; el Tapón del Darién.
La apertura de esta nueva ruta ha dejado en evidencia la urgencia de miles de personas que buscan huir de sus países de origen por un futuro mejor. Pero al mismo tiempo también ha dejado entrever que la condición de migrantes es más fuerte que cualquier barrera natural, o artificial, impuesta.
Te puede interesar: QUEDÓ INSTALADO EL COMITÉ NACIONAL DE PARTICIPACIÓN PARA DIÁLOGOS CON EL ELN
El Tapón del Darién se ha convertido en na de las fronteras más importantes del mundo moderno, incluso llegando a superar a la frontera entre México y Estados Unidos. Además, a esto se le puede sumar actores más peligrosos que la misma selva; los grupos armados. Esos que ven en los migrantes un negocio rentable.
Y es que estas personas, de diversas nacionalidades, son capaces de atravesar ríos, selvas, montañas y hasta fosos con tal de ir en busca de la tranquilidad y una supervivencia que en sus lugares de origen no encuentran.
Pero para llegar a esa anhelada paz y tranquilidad hay que recorrer un largo y peligroso camino. Un camino que es controlado por redes ilegales que se lucran a costa de la necesidad de unos cuantos. Unos cuantos que arriesgan su vida, entregan su dinero y ponen en manos ajenas lo más preciado con tal de huir. Con tal de atravesar el Tapón del Darién.
Pero el Darién solamente es la punta del iceberg para algunos, pues quienes llegan de países extracontinentales deben atravesar hasta 10 naciones antes de aterrizar en Colombia y emprender el mítico viaje por el tapón. Y como si esto fuera poco, se le suma la travesía por Centroamérica, donde les espera otras largas jornadas de viaje hasta México y de allí hasta la frontera con Estados Unidos.
Las miles de personas que se aglomeran día a día en Necoclí, Antioquia, el punto de partida hacia el Darién, son de diversos orígenes, idiomas desconocidos y religiones distintas, pero esto no impiden que se colaboren a la hora de partir hacia el rumbo desconocido.
Motivados por diferentes razones, las personas que se aglomeran en Necoclí y que buscan llegar al Darién ha aumentado exponencialmente en el 2023. En 2010 se registraron 559 migrantes por esta ruta; en 2016 fueron más de 30 mil. Pero esas cifras quedan atrás, muy atrás, con los registros entregados recientemente sobre el cruce de migrantes por el Tapón del Darién.
Y es que según un estimado entregado por el defensor del Pueblo, Carlos Camargo, cerca de 300 mil personas han cruzado el peligroso Darién en lo que va corrido del año; una cifra récord que no deja de aumentar con el pasar de los días.
“En julio, por ejemplo, cruzaron 57 mil 387 personas de distintas nacionalidades, una cifra mayor frente a la registrada en julio de 2022 cuando cruzaron la frontera 29 mil 722 migrantes”, señaló el defensor.
Te invitamos a leer: LOS “BUENOS MUCHACHOS” DEL EXPRESIDENTE ÁLVARO URIBE
Pero yendo más allá y realizando un desglose de los migrantes que se atreven a adentrarse en el tapón, en promedio, desde el 2018, el 74 % son hombres, el 26 % son mujeres y se registra una elevada presencia de niños y niñas, los cuales en promedio son el 22 %.
El mayor volumen de migrantes registrados en lo corrido del 2023 pertenecen a Venezuela, Ecuador, Haití y China, constituyendo un 87 % de las personas que deciden aventurarse por el Darién.
Ante esta problemática, el defensor del Pueblo fue enfático en señalar que “el Gobierno debe revisar las medidas que debe adoptar, pero no pueden ser pañitos de agua tibia, tienen que ser medidas de fondo”, dijo Camargo, quien reconoció que no es una exigencia solo para Colombia, ya que realmente el Gobierno Nacional está involucrado en una problemática transcontinental.
A esto le añadió datos que en el primer semestre del año han cruzado 40 mil 171 niños, niñas y adolescentes, mientras que en el mismo periodo de 2022 fueron 7 mil 369, un incremento desbordado del 445 %.
