lunes, 29 de diciembre de 2025

Trump afirma la destrucción de una instalación de cocaína en Venezuela pero aún no se tiene confirmación

El presidente, Donald Trump, aseguró que fuerzas estadounidenses destruyeron recientemente una supuesta instalación de producción de cocaína en Venezuela; sin falta de confirmación por parte del Pentágono y el silencio oficial de Caracas persisten las dudas

El 26 de diciembre de 2025, el presidente Donald Trump afirmó en una entrevista radial que Estados Unidos había “derribado” una instalación de gran tamaño vinculada al narcotráfico en Venezuela, refiriéndose vagamente a una “planta” desde donde supuestamente salían embarcaciones con drogas. El propio Trump dijo: “Dos noches atrás lo derribamos. Así que los golpeamos muy fuerte”, sin proporcionar detalles específicos de la ubicación o de pruebas de la operación.

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Hasta el momento no ha habido confirmación por parte del Pentágono, el Departamento de Defensa de Estados Unidos, la CIA o agencias de inteligencia que respalden públicamente la existencia de tal ataque, ni se han presentado evidencias independientes del evento. Las autoridades estadounidenses se han negado a comentar detalles operativos, lo que genera incertidumbre sobre la veracidad y el alcance real del supuesto ataque.

El gobierno de Venezuela, encabezado por Nicolás Maduro, no ha emitido —hasta la fecha de corte de las fuentes disponibles— una declaración oficial confirmando la destrucción de una instalación en su territorio, ni ha presentado reportes sobre daños o pérdidas de infraestructura ligada al narcotráfico que coincidan con la descripción de Trump. Esta ausencia de respuesta oficial desde Caracas contribuye a que el anuncio carezca de verificación independiente.

El mismo presidente estadounidense no especificó qué tipo de instalación fue atacada —por ejemplo, si se trató de un laboratorio de producción de cocaína, un centro logístico o simplemente un punto de embarque. Venezuela históricamente no figura como uno de los principales países productores de cocaína; según análisis de la UNODC y la DEA, la mayor parte de la cocaína incautada en Estados Unidos proviene de Colombia, con Perú y Bolivia como productores clave, mientras que Venezuela es principalmente un corredor de tránsito, no productor de volumen significativo.

Dada la falta de evidencia, es plausible que la referencia de Trump a una “gran instalación” se base en interpretaciones amplias o en información no verificada sobre zonas de tránsito o almacenamiento. Sin pruebas abiertas sobre un laboratorio de producción en territorio venezolano, la afirmación puede estar más alineada con retórica política o estratégica que con hechos confirmados en el terreno.

Desde septiembre de 2025, la administración Trump ha lanzado operaciones contra embarcaciones vinculadas al tráfico de drogas en el Caribe y el Pacífico, incluyendo ataques a supuestas narcolanchas, con un número elevado de fallecidos entre los tripulantes. Estas operaciones marítimas sí han sido reconocidas, aunque también criticadas por la falta de transparencia sobre evidencia de que las embarcaciones transportaran drogas efectivamente.

La declaración sobre un ataque terrestre marcó un punto de inflexión respecto al alcance de las operaciones: hasta ese momento, las acciones se habían concentrado en el mar. Sin embargo, la misma falta de pruebas y la negativa de las autoridades estadounidenses a detallar el evento implican que no existe información pública sólida para evaluar la autenticidad de un ataque terrestre en Venezuela.

Las afirmaciones del presidente han sido recogidas por medios internacionales, pero con notas claras de incertidumbre y falta de verificación independiente. Organizaciones mediáticas que han cubierto el tema describen la declaración de Trump como confusa y sin respaldo documental, incluyendo ausencia de confirmaciones de organismos militares o de inteligencia.

El anuncio puede responder tanto a objetivos de política interna —reforzar una narrativa de mano dura contra el narcotráfico— como a presiones geopolíticas hacia Caracas. En contextos anteriores, Trump ha vinculado a gobiernos latinoamericanos con el narcotráfico en términos amplios, aun cuando no existan evidencias públicas concluyentes que respalden acusaciones de producción masiva en esos países.

Analistas de política internacional han señalado en publicaciones que las operaciones militares estadounidenses en torno a Venezuela representan una escalada significativa, y no se adjudican con claridad los resultados operativos más allá de declaraciones presidenciales. Las dudas sobre si tales acciones compaginan con evidencias verificables o se orientan más a simbolismos estratégicos se mantienen abiertas en el debate público.

En ausencia de confirmación independiente, de datos de inteligencia pública o de reportes desde terreno que corroboren la destrucción de una instalación de producción de cocaína en Venezuela, la afirmación de Trump debe considerarse no verificada. Esto no descarta por completo que se haya llevado a cabo alguna acción militar, pero sí sugiere que la descripción precisa y la conexión con producción de drogas no están sustentadas públicamente.

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De confirmarse en el futuro que hubo un ataque de este tipo, esto representaría una intensificación notable de las operaciones estadounidenses en América Latina. Sin embargo, dada la actual falta de evidencia y la negación de detalles por parte de fuentes oficiales, existe una alta probabilidad de que la declaración refleje una combinación de retórica política, información no verificada y objetivos estratégicos, más que una acción operacional claramente documentada.

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