La Operación Telaraña fue planeada durante más de un año, y fue dirigida directamente por el presidente ucraniano Volodímir Zelenski.
La Operación Telaraña fue planeada durante más de un año, y fue dirigida directamente por el presidente ucraniano Volodímir Zelenski.
La Operación Telaraña representa uno de los ataques más audaces y estratégicamente significativos llevados a cabo por Ucrania en territorio ruso desde el inicio del conflicto en 2022. Esta operación, ejecutada el 1 de junio de 2025, consistió en una serie de ataques coordinados con drones que impactaron profundamente en la capacidad aérea estratégica de Rusia.
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La operación fue meticulosamente planificada durante 18 meses por el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), bajo la supervisión directa del presidente Volodímir Zelenski y el jefe del SBU, Vasyl Malyuk. El objetivo principal era debilitar la aviación estratégica rusa mediante ataques precisos a bases aéreas clave en el interior de Rusia.
Se utilizaron 117 drones de vista en primera persona (FPV), que fueron introducidos clandestinamente en territorio ruso, ocultos en contenedores de madera transportados por camiones. Estos drones fueron lanzados desde ubicaciones cercanas a las bases aéreas objetivo, permitiendo un ataque sorpresa y coordinado.
Las bases aéreas atacadas incluyeron Belaya, Diaguilevo, Ivanovo Severny, Olenya y Ukrainka, ubicadas en regiones como Murmansk, Irkutsk, Ivanovo, Ryazan y Amur. Estas bases albergan una parte significativa de la flota de bombarderos estratégicos rusos, incluyendo modelos como el Tu-95 y el Tu-22M3.
El ataque resultó en la destrucción o daño severo de al menos 40 aeronaves rusas, lo que representa aproximadamente un tercio de la flota de bombarderos estratégicos de Moscú. Las pérdidas económicas estimadas para Rusia ascienden a 7.000 millones de dólares.
Una de las características más destacadas de la operación fue su alcance geográfico, ya que los ataques se llevaron a cabo en cinco regiones rusas que abarcan cinco zonas horarias, incluyendo áreas tan distantes como Siberia Oriental, a más de 4.000 kilómetros de Ucrania.
El Ministerio de Defensa ruso confirmó los ataques en las regiones mencionadas, aunque afirmó que en algunas bases los ataques fueron repelidos y que no hubo víctimas. Sin embargo, las imágenes satelitales y los informes de inteligencia sugieren daños significativos en varias instalaciones aéreas.
La operación ha sido comparada por analistas con el ataque a Pearl Harbor, debido a su carácter sorpresivo y al impacto estratégico en la capacidad militar del adversario. Además, ha evidenciado las vulnerabilidades de las defensas aéreas rusas y la capacidad de Ucrania para llevar a cabo operaciones complejas en territorio enemigo.
El éxito de la Operación Telaraña también ha tenido implicaciones diplomáticas, ya que se llevó a cabo justo antes de una nueva ronda de negociaciones de paz entre Ucrania y Rusia en Estambul. El ataque podría fortalecer la posición negociadora de Ucrania al demostrar su capacidad para infligir daños significativos a las fuerzas rusas.
Desde el punto de vista tecnológico, la operación destaca el uso innovador de drones de bajo costo y la importancia de la inteligencia y la planificación en las operaciones militares modernas. El hecho de que los drones fueran ensamblados y lanzados desde dentro de Rusia subraya la sofisticación de la operación.
El presidente Zelenski elogió la operación como una «brillante ejecución» y destacó la valentía y profesionalismo de los agentes involucrados. Todos los participantes fueron evacuados con éxito de territorio ruso antes de que se llevara a cabo el ataque.
La Operación Telaraña también ha generado reacciones en la comunidad internacional. Mientras algunos aliados de Ucrania han expresado su apoyo, otros han mostrado preocupación por la escalada del conflicto y las posibles represalias por parte de Rusia.
En respuesta al ataque, Rusia ha intensificado sus bombardeos sobre territorio ucraniano, lanzando una serie de ataques con drones y misiles que han causado daños en varias regiones de Ucrania.
La operación ha sido interpretada como un punto de inflexión en la guerra, demostrando que Ucrania no solo puede defenderse, sino también llevar la guerra al corazón del territorio ruso, alterando el equilibrio estratégico del conflicto.
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La Operación Telaraña ha sido un golpe significativo a la aviación estratégica rusa, mostrando la capacidad de Ucrania para ejecutar operaciones complejas y coordinadas en territorio enemigo, y subrayando la importancia de la innovación y la inteligencia en la guerra moderna.