Gracias a las becas del Proceso de Paz, víctimas del conflicto armado y excombatientes de las FARC estudiaron medicina en Cuba y ahora regresan al país.
Gracias a las becas del Proceso de Paz, víctimas del conflicto armado y excombatientes de las FARC estudiaron medicina en Cuba y ahora regresan al país.
Un grupo de colombianas y colombianos, compuesto por víctimas del conflicto armado y ex combatientes de las FARC, regresó a Colombia tras culminar sus estudios de medicina en Cuba, beneficiados por las becas otorgadas como parte del Proceso de Paz. Durante siete años, se formaron con la intención de volver a los territorios rurales, donde ejercerán su servicio social obligatorio, también conocido como el año rural.
Entre ellos, Nadia Marcela Villarraga, ex combatiente con 16 años en la guerrilla, se formó inicialmente como enfermera empírica, lo que despertó su amor por la medicina. Ahora, su propósito es cuidar vidas en los territorios que más lo necesitan, reafirmando su compromiso con la reconstrucción social.
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La doctora Xiomy Giraldo, compañera de Nadia, también expresó su interés en regresar a su municipio de origen. Su meta es trabajar en las veredas más alejadas y prestar servicios médicos a las comunidades vulnerables. Otro caso destacado es el de una médica de 55 años, emocionada por iniciar su rural, demostrando que nunca es tarde para contribuir al bienestar social.
En 2017, como parte de los acuerdos de paz con las FARC, un grupo de víctimas y ex combatientes recibió la noticia de que había sido seleccionado para estudiar medicina gracias a una beca del gobierno de Cuba. Este apoyo materializó una oportunidad de reconciliación y desarrollo personal.
El ministerio de Salud y Protección Social lideró una mesa de trabajo para recibir a estos nuevos médicos, reconociendo su condición de víctimas y ex combatientes. Durante esta reunión, se discutieron las plazas disponibles para su servicio social, un paso clave para definir su aporte en las comunidades que más lo necesitan.
La doctora Edith Rodríguez, del ministerio, destacó el compromiso de este grupo de médicos, quienes aceptaron regresar a las zonas que sufrieron los estragos de la guerra para ofrecer atención médica. Este gesto subraya su disposición a ser parte activa del proceso de reconciliación.
En la mesa de trabajo, participaron figuras clave como Rodrigo Londoño, firmante del acuerdo de paz, y José Alexis Mahecha, director de Talento Humano del ministerio. Este último afirmó que el servicio social obligatorio representa el primer empleo digno y decente para estos egresados, con salario y prestaciones de ley garantizados.
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Algunos de los beneficiarios de las becas decidieron quedarse en Cuba para continuar con sus especializaciones médicas. Según Rodrigo Londoño, estos médicos son un ejemplo tangible de paz, reconciliación y democracia, consolidando los esfuerzos del país por superar las heridas del pasado.