Zohran Mamdani ganó la alcaldía de Nueva York el 4 de noviembre de 2025, obteniendo aproximadamente el 50,4 % de los votos frente a su principal contendiente, el exgobernador Andrew Cuomo, y al republicano Curtis Sliwa. Con ello, se convirtió en el primer alcalde musulmán de la ciudad, de origen inmigrante y el más joven en más de un siglo.
Te puede interesar: Falleció Dick Cheney, exvicepresidente de Estados Unidos y figura clave en la política estadounidense
Hasta hace apenas un año Mamdani era poco conocido en la política neoyorquina. Su campaña despegó al capitalizar el descontento con el alto costo de vida, la vivienda inaccesible y el deseo de cambio generacional. Movilizó una coalición diversa de jóvenes, inmigrantes y comunidades tradicionalmente excluidas, construyendo una base progresista potente.
Durante la campaña, Mamdani enfrentó una oposición intensa: hubo ataques islamófobos, cuestionamientos sobre su ciudadanía y orígenes, y una confrontación directa con el régimen mediático y político estable. Por ejemplo, fue calificado de “terrorista” o perteneciente a una “revolución islámica”. A su vez, grupos de ultraderecha y conservadores intentaron llevar a cabo iniciativas legislativas para descalificar su candidatura bajo la 14ª Enmienda de Estados Unidos.
El presidente Donald Trump afiló sus críticas hacia Mamdani: lo llamó “100 % lunático comunista” por redes sociales y advirtió públicamente que la ciudad pagaría un precio si él ganaba. También sugirió recortar fondos federales a Nueva York en caso de que Mamdani se convirtiera en alcalde. Estas amenazas añadieron dramatismo al proceso y contribuyeron a la narrativa de Mamdani como símbolo de resistencia.
Más allá del discurso político, Mamdani fue objeto de amenazas directas: un hombre de Texas fue arrestado por enviar mensajes de odio e incitación contra el candidato, que incluían insultos racistas e islamófobos. Como respuesta, su campaña solicitó protección policial reforzada y puso en evidencia la dimensión de riesgo que enfrenta un político de perfil minoritario y progresista en Estados Unidos.
La política migratoria es uno de los ejes de Mamdani: ha calificado a la agencia de migración federal ICE como “una agencia rebelde” que carece de interés en la ley y el orden, y prometió que, como alcalde, impedirá que agentes federales realicen redadas de deportación en la ciudad. Esta postura lo colocó en directa oposición a las políticas migratorias del gobierno de Trump y lo posicionó como defensor de los inmigrantes urbanos.
En un gesto provocador y simbólico, Mamdani afirmó que ordenaría la detención del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu si este visitara la ciudad, dado que la Corte Penal Internacional (CPI) había emitido órdenes de arresto por presuntos crímenes de guerra. Esta declaración generó alarma diplomática y críticas, aunque algunos vieron en ella su compromiso con el derecho internacional y la causa de Palestina.
En su discursos, Mamdani celebraba constantemente el carácter inmigrante y diverso de Nueva York: “esta ciudad es de ustedes y será suya”, dijo. Con ello, reforzó su imagen de alcalde para las comunidades marginadas y para quienes hasta ahora han tenido poco acceso al poder.
Aunque su victoria es histórica, el camino por delante está lleno de retos: deberá coordinar con el gobierno del estado de Nueva York y con la alcaldía saliente para implementar su agenda progresista. Analistas advierten que sus propuestas—como transporte público gratuito, congelamiento del alquiler y supermercados públicos—tendrán que enfrentarse a obstáculos presupuestales, opresión política y posible fuga de capitales.
Te puede interesar: Masivas protestas del movimiento No Kings sacuden Estados Unidos y otras ciudades del mundo
La elección de Mamdani representa más que un triunfo local: simboliza un cambio en la dinámica del Partido Demócrata, una posible expansión del socialismo en Estados Unidos, y un empoderamiento de las comunidades inmigrantes y musulmanas. Su campaña y victoria podrían dar pie a una nueva generación de liderazgos progresistas.