En un hecho sin precedente en 87 años, Volkswagen cerrará 3 plantas en Alemania, realizará despidos masivos y reducirá los salarios.
En un hecho sin precedente en 87 años, Volkswagen cerrará 3 plantas en Alemania, realizará despidos masivos y reducirá los salarios.
Volkswagen enfrenta una crisis importante en sus operaciones en Alemania, con cierres de plantas y despidos masivos debido a los crecientes desafíos económicos y una dura competencia en el mercado de vehículos eléctricos. En septiembre de 2024, la compañía anunció la suspensión de un acuerdo de seguridad laboral implementado en 1994, que garantizaba empleos en sus instalaciones alemanas.
Este cambio, impulsado por la necesidad de reducir costos en aproximadamente 14.000 millones de euros adicionales para 2026, ha generado preocupación entre los empleados y fuertes críticas de los representantes sindicales, quienes consideran esta medida como una amenaza directa al sustento de miles de trabajadores en el país.
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Los líderes sindicales han prometido una huelga total como respuesta a los cierres y despidos, mientras que los empleados han mostrado su descontento en reuniones masivas en las sedes de Volkswagen, especialmente en Wolfsburg, sede principal y donde nació la automotriz. Volkswagen justifica esta reestructuración como una medida necesaria para adaptarse a la transición hacia vehículos eléctricos y así competir con empresas extranjeras que producen vehículos eléctricos de bajo costo.
Según la empresa, la transición es esencial para su supervivencia a largo plazo, dado el aumento de costos de producción y la presión de competidores de China y Estados Unidos, quienes han ganado terreno en el mercado europeo. Esto también es respuesta a que en el mercado chino, son los productores locales de vehículos eléctricos los que vienen ganando terreno. Volkswagen vende el 40% de sus vehículos en el mercado del gigante asiático, pero este mercado cada vez se reduce más.
Además, Volkswagen está luchando por mantener su posición en el mercado europeo, donde enfrenta críticas por su lenta transición a tecnologías sostenibles y la pérdida de cuota de mercado frente a competidores que han adoptado modelos eléctricos y sostenibles de manera más ágil.
Las nuevas medidas de austeridad incluyen incentivos de jubilación anticipada y la optimización de sus plantas, lo cual podría impactar a miles de empleados. Los cierres podrían afectar no solo la capacidad de producción, sino también la economía de las comunidades locales en las que Volkswagen tiene una presencia significativa, con impacto directo en proveedores y otras empresas locales.
La compañía también ha anunciado que reevaluará su estrategia para el mercado europeo, explorando potencialmente reducir su capacidad de producción en Alemania para trasladar más operaciones a otros países donde los costos de fabricación sean menores. Este cambio estratégico apunta a mejorar su competitividad a nivel global, aunque se espera que genere tensiones en Alemania debido al impacto económico y social que tendrían los posibles cierres de plantas.
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El gobierno alemán y los líderes regionales también están involucrados en el debate, ya que Volkswagen representa una parte importante de la economía nacional. Algunos políticos han expresado su preocupación, advirtiendo que la pérdida de empleos y el cierre de plantas podrían tener un efecto adverso en la industria automotriz de Alemania y, por ende, en su economía. Los anuncios de Volkswagen se suman a lo dicho por la fabricante estadounidense de procesadores Intel que declinó abrir una fábrica en el país, al igual que recientemente lo hizo Wolfspeed, fabricante estadounidense de semiconductores, estas factorías eran una esperanza de alivio a la golpeada economía alemana.