No seas malo Google

Google tiene fuertes acusaciones de invasión a la privacidad

Cuando comenzó «la gran G», acuñaron un lema que no es muy conocido: “Don’t be evil” (No seas malvado en castellano). Google en sus comienzos parecía que tenía un modelo económico muy distinto a lo que proponían compañías como Apple o Microsoft. Con el tiempo, Google resultó que era igual de «malvado» que aquellos de los que nos venía a salvar. Detrás de sus coloridos productos, se escondía una flagrante invasión a nuestra privacidad.

El comienzo de todo

Cuando el proyecto de Larry Page y Sergey Brin apareció, su interface simple y colorida conquistó rápidamente a los usuarios. Día tras día, la herramienta iba agregando funcionalidades que convencían cada vez más a los usuarios. Google era como un oráculo que tendría todas las respuestas.

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Para ese momento nadie pensaba en su privacidad (incluso ahora tampoco es una preocupación colectiva), así que Google y otras empresas fueron convenciendo a las personas de usar sus productos que a los ojos de cualquiera simplemente implicaban la gratuidad y facilidad de tener la información a un clic de distancia. Google se veía inocente, y con su lema “Don’t be evil” usado por año en el 2000, parecía que venía simplemente a prestar un servicio a la humanidad.

Eran tiempos en que Mozilla Firefox peleaba hombro a hombro con Internet Explorer para ser el navegador más usado. Tiempos en que Microsoft era el imperio del mal, y por ende cualquier empresa que manejara un modelo económico distinto al suyo se consideraba que pretendía democratizar el creciente fenómeno que era Internet.

Las comunidades de Software Libre recibieron a Google como un mesías, en especial porque empezó a facilitar librerías, a hacer concursos para desarrolladores de software, y a patrocinar proyectos de Software Libre u Open Source. Incluso la misma Fundación Mozilla fue financiada en algún punto por Google, razón por la cual Mozilla Firefox integró a Google como su buscador por defecto.

Nada es gratis

Gmail, fue la cumbre del amor de los usuarios con Google. Mientras Hotmail era comprado por Microsoft y restringía el uso del espacio, Gmail regalaba espacio. Si había alguna suspicacia, ese acto de caridad tecnológica la borraba. Google había llegado para acercar la tecnología a todas las personas.

Luego empezaron decenas de proyectos como Wave, Google+, Hangout, Chrome y el más importante: Android. De nuevo Google hacía las cosas de manera democrática. Mientras Apple hacía que los teléfonos inteligentes fueran un lujo, Google daba su sistema operativo para móviles para que los fabricantes democratizaran el uso de los móviles.

De un momento a otro, básicamente todo estaba integrado con una cuenta de Gmail. E inexplicablemente Google empezaba a personalizar los resultados de nuestras búsquedas. Era como si nos conociera mejor que nosotros mismos. Cada clic básicamente era un rastro digital que Google empezó a atesorar y que luego supimos con qué fin. Básicamente el precio que pagamos por todo, no era más que algo que no teníamos claro: Nuestra privacidad.

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Google también empezó a manipular lo que nos mostraba. Las búsquedas también se fueron sesgando dependiendo del dinero pagado por los anunciantes. Más allá del SEO, el dinero decide en qué posición saldrá un resultado en ciertos países. Aparte que cierta censura existe aún cuando solo se da para países como China. Google también le hace el trabajo sucio a algunos gobiernos.

El gran hermano

En 2014, Edward Snowden destapa uno de los escándalos más grandes de vigilancia digital del mundo. La Agencia Nacional de Seguridad de los Estados Unidos (NSA) se valía de Yahoo, Google y otras empresas como Apple para obtener información de las personas a nivel mundial.

El analista de seguridad estadounidense, Edward Snowden, ha sido enfático sobre como buscadores como Google o redes sociales como Facebook venden datos de los usuarios a gobiernos como el de Estados Unidos - Foto: Laura Poitras
El analista de seguridad estadounidense, Edward Snowden, ha sido enfático sobre como buscadores como Google o redes sociales como Facebook venden datos de los usuarios a gobiernos como el de Estados Unidos – Foto: Laura Poitras

Cuando Snowden develó la herramienta Prism utilizada por el gobierno de Estados Unidos, hizo visible que Google y otras empresas proveían más del 90% de la información recolectada por las agencias de seguridad.

Esto fue un baldado de agua fría para las comunidades de Software Libre y Software Open Source, que habían creído en Google. Básicamente las herramientas gratuitas eran una fuente constante de información para el espionaje. Al final, Google sí resultó siendo tan “evil” como pregonaba que no lo era. Y aunque hasta el día de hoy, afirme que respeta la privacidad de sus usuarios es poco probable que muchos vuelvan a confiar en la empresa estadounidense.

¿Qué hacer?

Proteger nuestra privacidad se ha vuelto una tarea bastante difícil. Y más teniendo en cuenta que Google y sus productos están en todas partes. Además que Apple tampoco es que sea un adalid del respeto de la privacidad de sus usuarios.

Actualmente existen navegadores que respetan la privacidad de los usuarios: Mozilla Firefox o Brave son buenas alternativas.
Con respecto a las búsquedas, existe Duck Duck Go. Aunque no es tan robusto como Google, no filtra los resultados ni tiene sesgos dependiendo del usuario o el país.

Para los sistemas operativos móviles, es compleja la situación. Aunque aparecieron alternativas como Firefox OS o Replicant/Lineage, el primero desapareció por falta de uso y el segundo es poco usado debido a compatibilidad de las aplicaciones. Pero de igual forma se pueden deshabilitar ciertos servicios de Google, o usar otros navegadores y buscadores.

Ronald Ernesto Cano Gutiérrez

Ingeniero de sistemas de la UFPS, con estudios de fotografía y vídeo. Reportero gráfico enfocado en temas relacionados con la movilización social, y los eventos culturales y deportivos.

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